Una nueva reforma tributaria, más deuda e inflación podrían estar en camino.
Si el Gobierno decide gastar más de lo que recauda, tu bolsillo podría pagar la factura. Esta semana, el Ejecutivo anunció que planea suspender la regla fiscal durante tres años, presentar una reforma tributaria por $19 billones en 2026 y mantener el gasto social sin recortes. Aunque parecen medidas técnicas, las consecuencias podrían sentirse directamente en tu economía.
La regla fiscal es el límite que impide que el Estado gaste más allá de su capacidad. Suspenderla implica mayor libertad para endeudarse, lo que podría generar desconfianza en los mercados, presionar la inflación y forzar un eventual aumento de impuestos. El experto en finanzas Andrés Felipe Jiménez advierte que esto impactaría no solo a los grandes contribuyentes, sino también a la clase media y los consumidores.
La reforma tributaria que el Gobierno prevé presentar en 2026 busca recaudar $19 billones adicionales para sostener los programas sociales. Aunque se ha dicho que quienes más ganan serán los más afectados, el historial de reformas anteriores demuestra que las cargas fiscales tienden a repartirse más ampliamente de lo esperado.
El Ejecutivo también ha reiterado su intención de mantener el gasto primario estructural, es decir, los compromisos permanentes del Estado como salud, educación y subsidios. Esto es positivo para las familias beneficiarias, pero podría agravar el déficit fiscal si no se mejora la eficiencia del gasto o se aumentan los ingresos.
A largo plazo, decisiones como estas podrían afectar la estabilidad económica, aumentar el costo de la vida, reducir el empleo y limitar el acceso al crédito. La tensión entre gasto social y sostenibilidad fiscal es uno de los mayores desafíos del país en la próxima década.