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Uso de plásticos en alimentos preocupa por efectos mentales

Un nuevo reporte global revela que comer en recipientes plásticos se asocia con un deterioro progresivo de la salud mental, tendencia evidente en Colombia.

Uso de plásticos en alimentos preocupa por efectos mentales

El Global Mind Project reveló que almacenar, calentar o consumir alimentos en recipientes plásticos está asociado con un deterioro progresivo de la salud mental, una tendencia que también se refleja en los colombianos. El análisis, desarrollado por Sapien Labs, evaluó datos de 273.735 personas en 130 países y evidenció que entre más frecuente es el contacto con alimentos en plástico sobre todo caliente menor es el puntaje del Mind Health Quotient (MHQ), indicador que mide 47 aspectos del bienestar mental.

El informe surge tras recientes hallazgos científicos que detectaron microplásticos en el cerebro humano, lo que llevó a los investigadores a indagar cómo estas partículas podrían afectar funciones como la capacidad cognitiva, el equilibrio emocional, la motivación y las relaciones sociales. Los resultados muestran una disminución generalizada del bienestar mental incluso en personas con dietas saludables o libres de ultraprocesados.

En Colombia la tendencia es clara: quienes nunca o rara vez consumen alimentos en recipientes plásticos obtienen un puntaje MHQ de 93,5, mientras que quienes lo hacen a diario descienden hasta 65,4 puntos. El deterioro es progresivo y afecta múltiples áreas del funcionamiento mental. Además, el impacto es mayor cuando los alimentos consumidos son calientes, pues incrementa la liberación de microplásticos.

El estudio también advierte que cerca del 19% de las personas que no calientan comida en plástico presentan afectaciones mentales, pero esta cifra aumenta de forma notable en quienes lo hacen semanalmente o a diario. Esto sugiere que el plástico podría tener un efecto independiente sobre la salud mental, más allá de la alimentación.

Para Sapien Labs, este deterioro generalizado indica un mecanismo aún desconocido, posiblemente asociado a la presencia de microplásticos en el cerebro y su interferencia con procesos celulares. Por ello, la fundadora del proyecto, Tara Thiagarajan, enfatiza que reducir el uso de recipientes plásticos —especialmente para alimentos calientes— debe ser una prioridad global.