Desde la Casa Blanca, el presidente Trump lanzó una frase que desató polémica global en medio de un tenso cruce con Rusia.
En un gesto tan inusual como controvertido, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, inspeccionó el tejado de la Casa Blanca para anunciar la construcción de una nueva sala de recepción, pero lo que desató la atención internacional no fue el proyecto, sino una frase inesperada: al ser preguntado qué construiría, respondió entre risas “misiles nucleares”, mientras hacía un gesto de lanzamiento con el brazo.
El hecho ocurrió el martes, en un recorrido que el mandatario calificó como “un pequeño paseo”, acompañado por su equipo de seguridad y miembros de la prensa. Aunque la visita tenía como objetivo anunciar la intervención arquitectónica financiada con recursos propios y donaciones privadas, fue la aparente broma la que captó los reflectores, sobre todo por el contexto geopolítico en el que se dio.
La escena se produjo mientras Estados Unidos despliega submarinos nucleares cerca del territorio ruso, como respuesta a declaraciones del expresidente Dmitri Medvedev, lo que ha reactivado la tensión militar entre ambas potencias. Rusia, por su parte, reanudó su programa de misiles de alcance medio y acusó a Washington de provocar una nueva carrera armamentista.
La Casa Blanca no emitió aclaraciones oficiales sobre el comentario del presidente, que fue interpretado por algunos sectores como una provocación innecesaria, y por otros como una simple ironía mal calculada. No es la primera vez que Trump recurre al sarcasmo en declaraciones públicas, pero esta vez lo hace en un momento particularmente delicado en materia de seguridad internacional.
En paralelo, el mandatario sigue impulsando cambios estéticos en la sede del Ejecutivo. Anteriormente sustituyó el césped de la rosaleda por pavimento e incorporó elementos dorados en el Despacho Oval. Aunque no ofreció detalles técnicos ni fechas de inicio, Trump afirmó que la nueva sala será “otra forma de gastar su dinero por el país”.