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Signos que alertan déficit de proteína en el cuerpo

La falta de proteína puede afectar tu energía, tus defensas y hasta tu estado de ánimo sin que lo notes. Esto es lo que debes vigilar.

Signos que alertan déficit de proteína en el cuerpo

La deficiencia de proteína se ha vuelto una alerta silenciosa que compromete tu salud física y mental, especialmente si no consumes lo que tu cuerpo requiere para funcionar. Aunque la proteína es clave para tus músculos, defensas y procesos hormonales, su ausencia prolongada puede generar efectos que pasan desapercibidos hasta convertirse en problemas mayores. Por eso, expertos en nutrición advierten que debes revisar cuánta proteína consumes, cómo la distribuyes y qué señales podrían indicar un déficit.

La Organización Mundial de la Salud recomienda cerca de 0,8 g por kilo de peso, mientras que, si entrenas regularmente, podrías necesitar entre 1,2 y 2 g/kg/día, según estándares internacionales. La nutricionista Ana Cristina Gutiérrez señala que no basta con cumplir una cifra diaria: también debes repartir la ingesta a lo largo del día para asegurar una absorción adecuada y sostener tus procesos metabólicos.

Cuando no consumes suficiente proteína durante semanas o meses, tu cuerpo empieza a usar sus propios tejidos para cubrir necesidades básicas. En ese punto notas pérdida de fuerza, más cansancio del habitual y dificultades para recuperarte después del ejercicio. La debilidad progresiva es una de las primeras señales de alarma.

La disminución en tus defensas también es un indicador frecuente. Las proteínas sostienen la fabricación de células inmunes, por lo que una dieta pobre puede traducirse en infecciones que se repiten, cicatrización lenta y episodios constantes de gripa o resfriados. Del mismo modo, tu piel, tu cabello y tus uñas reflejan la falta de este nutriente con textura quebradiza, resequedad o caída excesiva.

La carencia proteica también altera funciones menos evidentes: desde cambios en tu estado de ánimo por la disminución de neurotransmisores, hasta hambre constante debido a la falta de saciedad. Incluso puede aparecer hinchazón por la reducción de albúmina en sangre, o mayor riesgo de fracturas al comprometer la estructura ósea.