EL manto sagrado, podría tratarse solo de una reliquia hecha con fines didácticos o artísticos que data del siglo XV.
Todo lo relacionado con la crucifixión de Jesús de Nazareth forma parte de la cultura popular y del colectivo en occidente, por ello estos temas relacionados con Dios y Jesús son tan importantes, más allá de quienes son creyentes y quienes no lo son.
Desde la leyenda del Santo Grial, la lanza de Longinos, los clavos de Cristo, el Santo Sepulcro, la Corona de Espinas hasta el famoso Sudario de Turín, aparecen en comics, películas y libros.
¨Pero la ciencia, siempre ha estado inquieta por estos temas y por demostrar la verdad, es por esta razón que desde hace muchos años han realizado rigurosos estudios sobre la veracidad de dichos objetos. En esta oportunidad, un antropólogo forense llamado Matteo Borrini y el experto en química orgánica Luigi Garlaschelli analizaron las manchas de sangre en la Sábana Santa o Manto de Turín y llegaron a la conclusión de que la sangre en la tela podría no ser real.
¿Qué es el manto de Turín? Simple y sencillamente la sábana en la que envolvieron a Jesús después de que lo bajaron de la cruz. Resulta que las marcas en el manto muestran la figura de un hombre con todas las señales de la crucifixión y los creyentes –porque la iglesia nunca lo ha considerado oficial, pero tampoco lo ha desacreditado– consideran que se trata de Cristo.
La Sábana Santa se empezó a estudiar formalmente en 1973 y en ese momento los investigadores dijeron que probablemente se trataba de una falsificación y que su creación databa de la Edad Media. En 1978 la conclusión fue similar. Sin embargo, los creyentes se empecinaron en decir que sí era el rostro de Cristo y crearon múltiples estudios que trataban de demostrarlo. Finalmente nada sigue claro.
Borrini y Garlaschelli analizaron la manera en la que la sangre brotaría de las heridas de cádaver envuelto en tela utilizando un maniquí y sangre real donada para la investigación así como sangre sintética con las mismas propiedades. Entonces los flujos de sangre que manaron de Cristo (ya muerto) y mancharon la tela no concuerdan con el ángulo de los brazos que aparecen marcados en la tela.
Con la herida del costado pasa algo similar. La forma en la que está dispuesta la sangre sobre el Manto de Turín representa la posición de una persona que fue herida de manera vertical, pero no de forma horizontal y boca arriba.
Finamente, el patrón de pintura que aparece en la cintura no concuerda con nada. Es decir es imposible que esa parte de la tela se manchara debido al lugar donde se encontraban las heridas.
La conclusión de los investigadores es que se trata de una manta fabricada en el siglo XV con fines didácticos o artísticos, pero no son las marcas de la sangre de Cristo.