Un estudio global revela que la enfermedad mental reduce hasta 20 años de vida por problemas físicos prevenibles.
Las personas con enfermedad mental grave mueren entre 13 y 20 años antes que el resto de la población, según una investigación publicada en Lancet Psychiatry, con participación de la Universidad del Rosario. El hallazgo señala que no es el diagnóstico en sí lo que acorta la vida, sino afecciones físicas evitables como tabaquismo, sedentarismo, mala alimentación, trastornos del sueño y efectos metabólicos de los medicamentos.
“El 70 % de las muertes en estos pacientes se deben a problemas físicos prevenibles”, advirtió Miguel Gutiérrez, profesor del Programa de Psicología de la Universidad del Rosario. La meta del estudio fue identificar prácticas de bajo costo que puedan aplicarse en países de ingresos bajos y medios, como Colombia, donde las soluciones de alto presupuesto resultan inviables.
El análisis revisó 89 estudios y 18 metaanálisis en más de diez países, y propuso cuatro ejes de intervención prioritarios: actividad física, alimentación saludable, abandono del tabaco y mejor descanso. Estas medidas, acompañadas de redes familiares y comunitarias, buscan mitigar la pérdida de años de vida y reducir la carga sobre los sistemas de salud.
En Colombia, la dificultad se agudiza por inequidades sociales y económicas que impiden mantener hábitos saludables. Además, diagnósticos como ansiedad, depresión y esquizofrenia, sumados a los efectos de la pandemia, aumentan las conductas de riesgo y deterioran la expectativa de vida.
El informe también plantea que las familias deben ser incluidas desde el inicio del tratamiento, con seguimiento a la salud física, promoción de rutinas de ejercicio y programas culturales comunitarios que fortalezcan los lazos sociales.
La investigación concluye que invertir en prevención comunitaria es más económico que tratar enfermedades crónicas avanzadas. “Cuidar la salud física en personas con enfermedad mental no es un complemento, es una urgencia”, enfatizó Gutiérrez, quien insiste en que solo con este enfoque podrá cerrarse la brecha de años de vida perdidos.