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Salario mínimo 2026: el alza que puede desbordar la inflación

El Gobierno anticipó un fuerte aumento del salario mínimo en 2026. Expertos advierten que el ajuste puede disparar la inflación.

Salario mínimo 2026: el alza que puede desbordar la inflación

El presidente Gustavo Petro y su equipo económico han anticipado que el incremento del salario mínimo en 2026 será elevado, siguiendo la línea de los últimos años. El Banco de Bogotá advierte que esta decisión, aunque fortalece el poder adquisitivo de los hogares en el corto plazo, podría convertirse en el principal detonante de la inflación.

El cálculo preliminar proyecta que el salario mínimo pasaría de $1.423.500 a cerca de $1.600.000, lo que implicaría un aumento del 12,4 %. Según el área de Investigaciones Económicas del Banco de Bogotá, este nivel de ajuste marcaría un récord en las últimas cuatro décadas, con un incremento real superior al 7 %.

No obstante, los analistas advierten que un ajuste de tal magnitud presionaría al alza los precios de bienes y servicios intensivos en mano de obra, como alimentación fuera del hogar, peluquería, recreación, guarderías y administración de copropiedades. En este escenario, la inflación difícilmente convergería al rango meta del Banco de la República (2 % - 4 %) en 2026.

El Banco de Bogotá calcula que, si el aumento es del 9,5 % como en 2025, la inflación cerraría en 4,1 %. Sin embargo, con un alza del 12,4 %, la cifra subiría a 4,7 %, e incluso podría superar el 5 % si se aprueba la nueva reforma tributaria. Esto implicaría un sexto año consecutivo de inflación por encima del objetivo del Emisor.

El informe resalta que factores externos como la tasa de cambio, los precios internacionales de los fertilizantes y el clima favorable podrían reducir la presión sobre alimentos y bienes importados, pero insiste en que el verdadero “catalizador” de la inflación será el ajuste salarial decretado por el Gobierno.

La discusión sobre el salario mínimo de 2026 no solo definirá el poder de compra de millones de trabajadores, sino también el rumbo de la inflación y la política monetaria en un año electoral, lo que abre un debate sobre si el aumento responde más a razones económicas o a motivaciones políticas.

Tomado de Semana