En Colombia, 1 de cada 5 niños enfrenta bullying. Conoce cómo identificar a las víctimas y agresores en las escuelas para actuar a tiempo.
En Colombia, el acoso escolar sigue siendo un problema grave y, según el Sistema Unificado de Convivencia Escolar (Suice), al menos el 23% de los estudiantes colombianos reportaron ser víctimas de matoneo de forma constante. Esta cifra coloca al país como uno de los más altos en Latinoamérica en cuanto a incidencia de bullying. A propósito del Día Internacional contra la Violencia y el Acoso Escolar, César Augusto Sierra, psicólogo y coordinador de la Escuela de Psicología del Politécnico Grancolombiano, nos ofrece una guía para identificar a los niños afectados por este maltrato.
Las víctimas de bullying pueden dividirse en dos tipos: las pasivas y las provocadoras. Las primeras suelen ser ansiosas, inseguros y con baja autoestima. A menudo están solas, sin amigos cercanos, lo que refuerza su vulnerabilidad. En cambio, las víctimas provocadoras, aunque también ansiosas, muestran reacciones agresivas hacia sus compañeros y tienen dificultades para concentrarse, lo que genera tensiones dentro de la clase. Ambos grupos presentan una alta ansiedad y suelen mantener una relación cercana con sus padres, lo que a veces es interpretado como sobreprotección.
Por otro lado, los agresores o "matones" se caracterizan por su tendencia hacia la violencia. Son impulsivos, buscan dominar a sus compañeros y tienen dificultades para adaptarse a las normas escolares. Estos niños suelen destacarse en actividades violentas y juegos de contacto físico, como deportes rudos. Aunque sus conductas agresivas son más evidentes, es importante señalar que detrás de su comportamiento a menudo se ocultan sentimientos de frustración y tristeza, derivados de problemas familiares o emocionales.
Prevenir el acoso escolar requiere un esfuerzo conjunto entre maestros, psicólogos, familias y estudiantes. La capacitación del personal educativo en habilidades socioemocionales y el involucramiento de las familias son esenciales para crear un entorno seguro en las escuelas. El bullying no solo afecta a las víctimas, sino también a los agresores, quienes también necesitan apoyo para reflexionar sobre sus acciones y cambiar su comportamiento.