El Meta mantiene vigilancia constante en el río Guatiquía por riesgo de crecientes súbitas. Las autoridades ya activaron medidas preventivas.
Ante el incremento de las lluvias en el piedemonte llanero, la Gobernación del Meta reforzó la vigilancia en la cuenca del río Guatiquía, luego de que el IDEAM emitiera una alerta naranja por la probabilidad de crecientes súbitas. El monitoreo incluye sus principales afluentes y zonas críticas en los municipios de Restrepo, El Calvario y Villavicencio.
La Dirección Departamental para la Gestión del Riesgo de Desastres (DIGERD) lidera el seguimiento técnico sobre caños como Maizaro y Grande, además de la quebrada La Salina y el río Ocoa, que también fue declarado en alerta naranja. Aunque el río Guayuriba no ha presentado variaciones inusuales, las autoridades mantienen activa la vigilancia como medida preventiva.
La situación climatológica actual exige atención permanente, especialmente en las comunidades cercanas a zonas ribereñas. Por eso, los organismos de socorro trabajan en articulación con los Consejos Municipales de Gestión del Riesgo para activar protocolos de prevención y respuesta inmediata ante cualquier eventualidad.
Desde la Gobernación del Meta se ha reiterado el llamado a la ciudadanía para acatar recomendaciones y mantenerse informada a través de los canales oficiales, evitando acercamientos innecesarios a ríos, quebradas o zonas inestables.
La estrategia de alistamiento contempla planes de evacuación, comunicación comunitaria y disponibilidad de recursos logísticos ante una posible emergencia. La DIGERD también evalúa puntos críticos y coordina simulacros con apoyo de la Defensa Civil y otras entidades operativas.