Chocó enfrenta un paro armado de 72 horas, anunciado por el Eln, con desapariciones y confinamientos en medio del conflicto armado.
Foto: Noticias Caracol
El Chocó amaneció este martes sumido en el miedo y la incertidumbre luego de que iniciara el paro armado de 72 horas anunciado por la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (Eln). La medida, que se extenderá hasta el viernes 21 de febrero, ha generado pánico entre la población, que se encuentra encerrada en sus hogares, temerosa de los enfrentamientos y las consecuencias del paro.
El motivo detrás de este paro armado se enmarca en la disputa de grupos criminales por el control del río San Juan, vital para dominar las economías ilícitas en la región, como el narcotráfico, el tráfico de madera y la minería ilegal. En este contexto, se han registrado hechos alarmantes como confinamientos, suspensiones en la navegación y la presencia de minas antipersonales cerca de zonas residenciales y escolares.
El clima de tensión ha dado lugar a la desaparición de tres personas, entre ellas dos menores de edad, lo que ha profundizado la crisis humanitaria en la región. Según reportes de la Gobernación del Chocó, desde hace dos semanas se han producido enfrentamientos entre guerrilleros del Eln y miembros del Clan del Golfo, lo que ha desplazado a más de 3.600 personas y ha dejado a más de 12.000 en confinamiento.
La Defensoría del Pueblo ha emitido un llamado urgente a las autoridades nacionales y locales para que implementen acciones inmediatas que garanticen la protección de las comunidades afectadas. La defensora del Pueblo, Iris Marín, ha expresado su preocupación por la presencia de las disidencias al mando de alias Iván Mordisco, quienes estarían actuando en alianza con el Clan del Golfo en esta región.
Por su parte, el Foro Interétnico Solidaridad Chocó denunció que la semana pasada fueron retenidos varios habitantes de la comunidad de Fujiadó, en el Medio San Juan, y que se registró el reclutamiento de dos menores en la comunidad de Duardú, Litoral del San Juan. La entidad advirtió que las comunidades étnicas no desean más violencia y claman por vivir en paz, cuidar sus territorios y proteger su cultura.
Este paro armado y los hechos violentos que lo acompañan han evidenciado la gravedad de la situación en el Chocó, con comunidades enteras atrapadas entre la violencia de los grupos armados ilegales. Ante este panorama, tanto las autoridades como las organizaciones humanitarias nacionales e internacionales han instado a una respuesta urgente que priorice la seguridad y los derechos de las poblaciones más vulnerables en la región.
Tomado de Noticias Caracol