Los militares fueron asegurados por presunto falso positivo, al presentar como miembros de las autodefensas dos jóvenes que habrían sido asesinados. Las autoridades investigan si los integrantes de las FFMM tuvieron que ver en la muerte de esos dos jóvenes.
Un mayor del Ejército y cinco soldados recibieron medida de aseguramiento por su presunta responsabilidad en los homicidios de dos jóvenes que fueron presentados como miembros de la autodefensa muertos en combate con el Ejército.
La decisión afecta al mayor José Aymer Arango Bernal y al soldado regular Pedro Antonio Espinosa Ayala, vinculados por los delitos de homicidio en persona protegida y concierto para delinquir. También están cobijados con una determinación similar los soldados regulares Augusto Mancera Sánchez, Víctor Adolfo Montenegro, Lasides Humberto Pérez Sotelo y Duberney Mora Martínez, por su posible participación en el delito de encubrimiento por favorecimiento en homicidio de persona protegida.
En la vereda Buenavista, del municipio de San Juan de Arama (Meta), dos jóvenes fueron presentados el 6 de octubre del 2004 como miembros de la autodefensa que murieron en combate, a los que les habrían encontrado un fusil, una pistola y 57 cartuchos calibre 5.56.
La muerte se habría presentado en un supuesto operativo contra los extorsionistas que delinquían en esa región. Según testimonios y pruebas técnicas y científicas adelantadas por la Fiscalía, las víctimas, identificadas como Elías Samuel Soto Agudelo y Danilo Antonio Rivera Gutiérrez, eran de Pereira (Risaralda) y presentaban heridas de fusil a corta distancia.
Al parecer, no murieron en combates sino que, fueron asesinadas por alias Mazamorro. Al parecer, alias Mazamorro acompañaba como guía al batallón 21 Vargas por orden de los comandantes del bloque Héroes del Llano, grupo delictivo al que pertenecía.
En la investigación adelantada por la Fiscalía, algunos testimonios indican que el día de los hechos, Soto y Rivera fueron transportados por tres paramilitares en una camioneta toyota y que uno de ellos le ordenó al primero que se bajara a pedir gasolina a alias Mazamorro, quien le disparó apenas lo vio.
Esto ocurrió delante de los soldados. A la otra víctima le dispararon por la espalda. El mayor Arango Bernal, quien para la época de los hechos se desempeñaba como teniente a cargo de la operación denominada Destierro II, fue capturado por investigadores del CTI adscritos a la Unidad de Derechos Humanos de Villavicencio el 5 de abril de 2013 y actualmente sigue detenido.
El CTI también capturó a los soldados Pedro Antonio Espinosa en Acacías (Meta), Augusto Mancera Sánchez y Lásides Humberto Perez Sotelo en la capital del Meta.