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Memorias del conflicto armado en los Llanos de Colombia

Por: Óscar Alfonso Pabón Monroy/ Comunicador Social comunitario

Memorias del conflicto armado en los Llanos de Colombia

 Mientras en La Habana avanzan las conversaciones entre los representantes del gobierno y de las FARC, con el fin de conciliar y sellar los acuerdos de la paz nacional, estimo conveniente compartir algunos textos sobre episodios de conflicto y violencia sucedidos en el territorio llanero en los años cincuenta del anterior siglo, de los cuales poco se ha comentado.

Primer documento:

Este primer documento, con fuentes escritas y orales, tiene que ver con golpes perpetrados por los guerrilleros llaneros a las tropas oficiales, sucedidos entre junio y julio de 1952, en fronterizos lugares de Casanare y Meta.

Como se recuerda, las Guerrillas Liberales del Llano, al mando de Guadalupe Salcedo Unda, surgieron como resultado de la feroz persecución desatada por el gobierno conservador de la época, luego del crimen del caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán.

Contexto histórico nacional:

Dicen las biografías de Laureano Gómez Castro, conservador presidente, que bajo su gobierno se desató la obstinada guerra civil no declarada entre conservadores y liberales. Igual, que por motivos de salud tuvo que dejar como Designado de la presidencia a su copartidario Roberto Urdaneta Arbeláez, quien gobernó al país entre 1951-1953, bajo la sombra tutelar de Laureano.

Por tanto, las siguientes historias relacionadas con la toma del pueblo de Orocué y la emboscada de El Turpial, sucedieron en tiempos de la administración del designado presidente Urdaneta Arbeláez.

Memoria escrita: entre la historiografía de tales sucesos encontré el siguiente virtual recuento:

“Orocué y el Turpial La fama de Guadalupe Salcedo provino de las exitosas operaciones que emprendió a mediados de 1952.

El Orocué, Casanare, en junio de 1952, atacó por sorpresa el campo de aviación que estaba guarnecido por el Ejército y dio de baja a 15 soldados.

El caño de Orocué al parecer fue escenario de la toma guerrillera al casanareño pueblo del mismo nombre, en el sexto mes de 1952. 

Pocos días después una columna volante de 80 llaneros (el famoso Comando Riqueiro Perdomo) al mando de uno de sus lugartenientes, el comandante Alberto Hoyos, cruzó el rio Meta e incursionó en su margen derecha, a unos 100 kilómetros de Puerto López.

Tras varios días sin contacto alguno con las tropas del gobierno, el 12 de julio en el sitio conocido como El Turpial a orillas del Meta, las fuerzas rebeldes sorprendieron a una columna de 100 soldados, que regresaba a bordo de 6 camiones a su base de Puerto López, Meta.

Los guerrilleros improvisaron una emboscada y atacaron los 2 primeros vehículos que fueron destruidos rápidamente; mientras el resto de las tropas regulares se concentraba a distancia, alrededor de los 4 transportes que venían atrás.

Los insurgentes con la bayoneta calada, se lanzaron entonces al asalto de las improvisadas posiciones enemigas.

Luego de una breve lucha cuerpo a cuerpo en la que cayó muerto de un tiro en la cara Alberto Hoyos, los subversivos destrozaron las formaciones gubernamentales, desalojando a los soldados de sus atrincheramientos; éstos en retirada trataron de refugiarse en una mata de monte.

No obstante allí los esperaban ocultos otro grupo de guerrilleros. Los fugitivos fueron sorprendidos por el fuego graneado de los llaneros que les dispararon a bocajarro.

Rápidamente el resto de la columna fue copada y aniquilada.

El resultado para el Ejército fue desastroso: 2 oficiales, 12 suboficiales y 82 soldados resultaron muertos.

Mientras que solo 4 uniformados salieron ilesos, escaparon e informaron de lo sucedido.

Ha sido el mayor golpe dado a las tropas del gobierno desde la guerra de los mil días, superando incluso las operaciones de las FARC en los años noventa”. (Fragmento tomado del texto “Guadalupe Salcedo”) (1)

Testimonios orales sobre la emboscada de El Turpial, Meta:

Sin precisar el año, hay un relato del cual mi mamá es portadora y que por muchos años se lo he escuchado contar sin alteración alguna.

Tiene que ver con un hecho ocurrido en Villavicencio, el cual encaja dentro de los momentos previos a la emboscada de El Turpial, por ello lo incluyo en esta memoria. Dice ella (2) que en plena violencia cierto día a la sede urbana del Ejército, frente al parque del Hacha, llegó un militar a quien en el pueblo plenamente le confiaban la pacificación del territorio, por la fama de su desempeño en contra de la insurgencia en otro lugar del país.

Según mi mamá, al uniformado los villavicenses lo conocieron con el nombre de “mi primero Parada”, quien trajo como mascota un chivo que se paseaba por las calles; este animal con esmero era cuidado por seguidores del partido conservador.

Pero resulta, que la primera comisión oficial a la que “mi primero Parada” salió a comandar le resultó adversa, pues él y su tropa cayeron en una emboscada de las guerrillas del llano, que desde los árboles les atacaron.

Efímero resultó el desempeño de quien venía a acabar con los rebeldes liberales.

Apunta ella que multitudinario fue el homenaje tributado en Apiay, Base militar hasta donde muchos habitantes fueron a las honras fúnebres de los uniformados caídos.

La emboscada de El Turpial contada por un actor directo: Sobre el violento caso de El Turpial, mi conocimiento por años estuvo sustentado en pocas y fragmentadas historias.

Pero resulta que en Villavicencio en junio de 2013, desde el ángulo de la insurrección escuché de viva voz a uno de los actores que participó en ese choque armado.

Su nombre José Gregorio Flórez Belisario, más conocido como Cholagogue, natural de Maní –Casanare- quien en su pueblo a la edad de los 15 años ingresó a las filas de Guadalupe Salcedo Unda.

Como no era militar, le dieron el rango de soldado.

Apartes de la entrevista grabada que ese día le hice son los siguientes:

“Muy rápido aprendí a manejar fusil, me enseñaron cabos y tenientes. Me estrené como guerrillero en el tiroteo de El Turpial. En la costa del Cusiana estaba el comando con Guadalupe, rincón del Algarrobo del Cusiana para abajo. De ahí salimos a Chavinave. Sabíamos que el ejército casi todos los días salía a comisión por las costas del Meta abajo, por el otro lado.

Guadalupe llegó hasta Chavinave, pero ese día no fue al tiroteo de El Turpial porque se enfermó de viruela. Él formó el personal y les dijo a los tenientes que si querían ir con la gente que fueran. Él no pudo ir porque estaba muy mal, tenía mucha fiebre. Entonces se quedó con cinco soldados, se los dejaron como guardaespaldas.

 A El Turpial fuimos 150. El combate fue más o menos como a las diez de la mañana. Los militares eran como noventa y nueve, con los choferes de los carros. Murieron casi todos. Al menos yo me di cuenta que siete se rindieron, y entraron al comando de Guadalupe, porque no se quisieron ir aunque los tenientes les dijeron que se fueran que quedaban libres, porque a los que se rendían Guadalupe no los mataba. Pero ellos se unieron a las filas.

El # 1 ubica en el mapa la entrada de la hacienda El Turpial, cerca del río Meta en la frontera con Casanare. Queda sobre vía Puerto López/Puerto Gaitán. Nos mataron tres compañeros, a un teniente muy buena gente,…llamado Alberto Hoyos, poyateño, de la Poyata. El sitio desde donde atacamos era de sabana con una cejita de monte donde nos metimos y cabíamos tendidos nada más, quedaba a la orilla de un farallón, un barranco hondo. Como a las once y media se acabó el combate y nos regresamos por La Poyata y nos fuimos para la casa de don Anastasio Peraquive, quedaba fuera de La Poyata. Ese día a Guadalupe con los estafetas le mandaron la razón de las cuentas del combate. Nosotros al otro día nos fuimos para Chavinave a donde el comandante estaba enfermo, pero salimos por la tardecita para andar toda la noche” (3).

Zona de despliegue inmediato de los guerrilleros liberales, luego de la emboscada de El Turpial, ángulo inferior izquierdo marcado con la estrella. En el ángulo superior en diagonal, sobre el río Meta está La Poyata, Casanare

Hasta aquí la memoria de estos dos episodios, cumplidos a mediando el año 1952, los cuales tuvieron como escenarios a territorios de Casanare y Meta. Desde entonces han transcurridos 63 años.

Sobre el ataque de El Turpial, hoy vereda del mismo nombre en Puerto López –Meta-, acoto lo siguiente: a) El mal de la viruela, no le permitió a Guadalupe Salcedo participar del mayor golpe asestado por su gente de las Guerrillas Liberales del Llano, a las fuerzas militares del gobierno conservador.

b) Los insurrectos llaneros manejaron efectivas tácticas de inteligencia/espionaje en la costa derecha del río Meta, que les sirvieron para sorprender al contingente de efectivos militares. Los dos sucesos antes narrados, sirvieron de inspiración para que Guadalupe y su tropa compusieran épicos corridos guerrilleros a los cuales titularon respectivamente Entrada a Orocué y El corrí´o del Turpial.

Éstos y otros joropos narrativos de los sucesos de los años cincuenta, período al que los campesinos compositores llamaron “de la revolución del llano”, hoy forman parte del patrimonio cultural inmaterial del país.

Citas: 1- “Guadalupe Salcedo”, en www.wikipedia.com 2- Monroy de Pabón, Rita. Noviembre de 2015, Villavicencio 3- Flórez Belisario, José Gregorio, Cholagogue. Audio grabación 22 de junio de 2013, Villavicencio. Tenía entonces 77 años de edad. Villavicencio, 6 de noviembre de 2015.