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Mapa actualiza inventario de bosques del país

Bosques de robles, pastizales, matorrales, herbazales de las tierras bajas y de los páramos, entre otros tipos de vegetación, se podrán detallar.

Mapa actualiza inventario de bosques del país

Bosques de robles, pastizales, matorrales, herbazales de las tierras bajas y de los páramos, entre otros tipos de vegetación, se podrán detallar –a su nivel mínimo de expresión– en el mapa de vegetación que se adelanta con las últimas tecnologías digitales con el fin mantener al país actualizado sobre el estado de esta riqueza natural en las diferentes regiones.

 

El mapa de vegetación es un proyecto que el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible le encargó al Instituto de Ciencias Naturales (ICN) de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), en colaboración con los institutos Alexander von Humboldt, Amazónico de Investigaciones (Sinchi), de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), y de Investigaciones Ambientales del Pacífico (IIAP).

 

En desarrollo de esta iniciativa se ha avanzado en la actualización de la composición según las especies vegetales dominantes y características de las regiones de la Orinoquia y Andina, y se espera que en los próximos meses se pueda consultar en internet la mayor parte del territorio nacional.

El profesor Jesús Orlando Rangel, investigador del ICN y director de este proyecto, explica que “se trata de una herramienta fundamental para determinar con exactitud la dimensión tanto de la deforestación como de los incendios forestales, los monocultivos extensivos, la ampliación de la frontera agrícola y la degradación de los terrenos, además del riesgo de ciertos ecosistemas como el bosque tropical seco, entre otros aspectos”.

Inventarios de vegetación

El mapa contempla tres grandes componentes: 1) búsqueda, compilación, revisión y actualización de la información sobre inventarios o caracterizaciones de la vegetación en las regiones naturales de Colombia, 2) alistamiento de la información en formatos Excel para transferirlos al Instituto Humboldt y a las plataformas regionales (Amazonia-Pacífico), y 3) espacialización o fase de cartografía, con mapas a escala general y detallada para cada una de las cinco regiones naturales del país.

El profesor Rangel señala que “hasta ahora las referencias a la vegetación de las diferentes regiones de Colombia se ha hecho de manera genérica o con base en variables como la geología o el clima, y así se mencionan las sabanas secas con pastizales o húmedas con bosques de galería en los Llanos Orientales, la selva en la Amazonia, los bosques en las regiones del Pacífico y Andina, entre otras, pero sin describir en detalle o mencionar las especies que dominan o son características del esqueleto vegetal en estos ecosistemas”.

“En ese sentido, aunque en la clasificación de la vegetación son importantes las especies, lo son aún más las interacciones entre estas, como ejemplo saber que los bosques de lauráceas (comino, jigua, aguacatillos, laureles) de media-alta montaña se diferencian entre sí por la competencia y la dominancia de especies de los géneros OcoteaNectandraPersea y que sus áreas de distribución geográfica actual son el resultado de eventos de competencia con otros géneros de alta importancia ecológica en el espacio cordillerano como Quercus (roble) o Myrsine (cucharo)”.

Clasificar los ensambles o esqueletos de la vegetación con sus especies características permite ordenar la variedad existente, determinar cuáles son las dominantes y en qué se diferencian los conjuntos.

“Los bosques del Caribe y los del Pacífico, o los de la Amazonia, o los humedales de la Orinoquia (pastizales húmedos) y los pastizales y pajonales del páramo de Santurbán o del Parque natural Nevados no son lo mismo, y cuando se elabora un mapa de vegetación no se pueden juntar como una sola entidad”, reitera el profesor Rangel.

Este inventario lleva a conocer todos los componentes de la rica biodiversidad del país a nivel beta (comunidades vegetales o tipos de vegetación), la cual está directamente relacionada con la expresión de biodiversidad a nivel alfa (especies y categorías taxonómicas) que reflejan la influencia de dos mares, tres cordilleras, macizos montañosos y extensas planicies en las diferentes regiones naturales.

La nueva herramienta –que ya cuenta con el mapa regional de la Orinoquia y buena parte de las regiones Caribe y Andina– será de consulta obligatoria para declarar zonas de reserva natural y para vislumbrar soluciones a los problemas que trae consigo la intervención humana.

“Además, su actualización permanente, porque se trata de un programa automatizado, desarrollado por el biólogo y doctor Larry Niño, del ICN, permitirá consolidar las cifras precisas de la deforestación en Colombia”, asegura el profesor Rangel.