Villavicencio cerró 2025 con 38,28 toneladas de residuos recolectados en sus áreas protegidas, una cifra que revela el deterioro ambiental en estos ecosistemas.
Villavicencio terminó el 2025 con un balance ambiental preocupante: un total de 38,28 toneladas de residuos sólidos fueron retirados de las 11 áreas protegidas del municipio, luego de 40 jornadas de limpieza realizadas con el apoyo de Bioagrícola del Llano, la Policía Ambiental, la Policía del Agua, el Ejército Nacional y la comunidad. Las acciones se concentraron en ecosistemas estratégicos como los humedales Zuria, El Charco y Aguas Claras.
El primer semestre acumuló 21,8 toneladas de desechos, mientras que en el segundo se retiraron 16,48 toneladas. Aunque hubo una ligera reducción en la segunda mitad del año, las cifras continúan reflejando un aumento sostenido de contaminación en zonas que cumplen funciones esenciales para la regulación hídrica, la conservación de biodiversidad y el equilibrio ecológico de la ciudad.
La magnitud de residuos encontrados evidencia un deterioro ambiental que impacta directamente a las especies que dependen de estos ecosistemas para sobrevivir. Bolsas, plásticos, vidrios, metales y desechos domésticos figuran entre los elementos más comunes hallados en los operativos de limpieza, afectando hábitats sensibles y alterando procesos naturales.
Ante este panorama, Cormacarena instó a la ciudadanía a abandonar prácticas que convierten los espacios naturales en vertederos informales. La entidad reiteró la necesidad de denunciar estos hechos y de participar activamente en las jornadas de recolección, que permiten mitigar el daño causado por el manejo inadecuado de residuos.
La corporación enfatizó que la conservación de las áreas protegidas es fundamental para la salud ambiental del municipio y la protección de la fauna y flora que las habita. Además, recordó que el impacto negativo de la contaminación no solo recae sobre los ecosistemas, sino también en la calidad de vida de los habitantes de Villavicencio.