Compensar responde a una solicitud de citas médicas a una paciente un mes después de su muerte. La familia denuncia negligencia.
Georgina Amaya, una mujer de 98 años residente en Villavicencio, falleció en septiembre luego de meses de lucha para recibir atención médica adecuada por parte de la EPS Compensar. Sus familiares, tras múltiples derechos de petición y medidas legales, lograron algunos fallos a favor, pero el apoyo llegó tarde, sumando dificultades en sus últimos días de vida. Un mes después de su fallecimiento, la familia recibió una carta de la EPS, dirigida a Georgina, que generó asombro e indignación por su tono y contenido.
La carta de Compensar, con fecha del 24 de octubre, reconocía el fallecimiento de la paciente, ofreciendo "sentidas condolencias" a quien ya no estaba y “lamentando la percepción negativa que tuvo con el servicio.” En un tono que algunos califican como cínico, la carta expresaba deseos de mejorar futuras “experiencias” de la usuaria, quien falleció esperando citas de especialidad en hematología, psiquiatría, y medicina interna.
El sistema de salud en Colombia enfrenta críticas por el trato que brinda a sus usuarios, y el caso de Georgina es un ejemplo claro para muchas familias afectadas por la atención lenta o denegada en las EPS como Compensar. Para recibir algunos cuidados básicos, la familia tuvo que pagar servicios particulares, mientras la EPS alegaba falta de agenda y recursos para dar atención domiciliaria, pese a las órdenes de tutela.
Este evento ha reavivado el debate sobre la reforma al sistema de salud, que busca evitar estos casos de negación y demoras en servicios fundamentales. Compensar, mientras tanto, ha solicitado a la Superintendencia de Salud autorización para operar programas de medicina prepagada, decisión que podría impactar a 218.000 usuarios de su plan complementario.