Estudio alerta que más del 35 % de los humedales bogotanos se ha perdido en 50 años, afectando agua, biodiversidad y clima.
Un reciente estudio del Politécnico Grancolombiano revela que los humedales de Bogotá, ecosistemas vitales para la regulación hídrica y la biodiversidad, han perdido más del 35 % de su cobertura en los últimos 50 años. Esta reducción afecta directamente la disponibilidad de agua, la biodiversidad local y el equilibrio climático de la región.
Humedales como La Conejera, Tibanica y Córdoba, reconocidos por la Convención Ramsar, enfrentan amenazas como vertimientos ilegales, construcciones no autorizadas y uso inadecuado de recursos. Estas áreas desempeñan funciones esenciales: purifican agua y aire, regulan microclimas, retienen carbono y protegen frente a inundaciones.
El estudio, liderado por Ramón Gabriel Aguilar, destaca que estos ecosistemas albergan especies únicas, como la Tinguabogotana y la Ranita sabanera, y plantas clave para mantener la estabilidad ecológica y la recarga de acuíferos. Su desaparición compromete no solo la naturaleza sino también el bienestar humano, ya que muchos humedales sirven como espacios de recreación y salud mental.
La investigación alerta que la presión sobre los humedales se intensifica por la falta de conocimiento ciudadano, escasa apropiación social y debilidad institucional. Muchos habitantes desconocen la importancia de estos ecosistemas y su papel en la sostenibilidad urbana y ambiental.
Colombia cuenta con un marco normativo sólido, que incluye la Ley 357 de 1997 y los decretos 1468 de 2018 y 2478 de 2025, para la conservación y restauración de humedales. Sin embargo, su eficacia depende del cumplimiento, la vigilancia y la participación activa de la ciudadanía.