Un cardenal brasileño, con trayectoria en Roma, podría acercarse al papado tras la muerte de Francisco.
Tras la muerte del papa Francisco, la posibilidad de que otro sudamericano lidere la Iglesia Católica vuelve a estar sobre la mesa. Entre los nombres que resuenan en el Vaticano figura el del cardenal Odilo Pedro Scherer, de 75 años, quien fue considerado papable en 2013 y mantiene influencia en la Curia Romana.
Scherer, actual arzobispo de São Paulo, representa una de las arquidiócesis más grandes del mundo, con más de seis millones de católicos. Fue promovido a cardenal en 2007 por Benedicto XVI, con quien cultivó una cercana relación durante su paso por la Congregación para los Obispos. Su perfil combina capacidad administrativa, compromiso social y raíces alemanas, factores que refuerzan su candidatura.
Formado en Filosofía y Teología en instituciones brasileñas y romanas, Scherer es políglota y ha tenido una destacada trayectoria como mediador en temas sociales y políticos, además de su activa participación en la Conferencia de Obispos de Brasil y el Celam. Aunque es considerado un conservador moderado, ha expresado preocupaciones medioambientales y respeto por algunos principios de la Teología de la Liberación.
El cardenal ha manifestado recientemente que el próximo pontífice, aunque diferente a Francisco, deberá continuar el interés por los pobres, la paz y la formación del clero, mostrando su visión de continuidad para la Iglesia. "Ningún papa es igual a otro", declaró en entrevistas recientes.
Odilo Pedro Scherer nació el 21 de septiembre de 1949 en Cerro Largo, Brasil, dentro de una familia de inmigrantes alemanes. Es el séptimo de 13 hermanos y fue ordenado sacerdote a los 27 años. Hoy, a pesar de su renuncia formal al arzobispado, cumple una prórroga de dos años más, mientras su nombre sigue vigente en el complejo escenario del próximo cónclave.
Tomado de Bluradio