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Exigen cumplimiento de decisiones judiciales tras el accidente en el que perdieron la vida una mujer y su hijo en la vía a Puerto López

El trágico accidente costó la vida a una madre y su hijo, quienes murieron bajo las llantas de una pesada tractomula frente a la Universidad Cooperativa en la capital del Meta.

Exigen cumplimiento de decisiones judiciales tras el accidente en el que perdieron la vida una mujer y su hijo en la vía a Puerto López

El estudiante de la Facultad de Derecho de la Universidad Cooperativa, Jorge Iván Gómez, iniciará un trámite de incidente de desacato en contra de la alcaldía, la Gobernación, la secretaría de movilidad y la policía de tránsito, por desacato a un fallo de tutela proferido por la sala penal del Tribunal superior.

El joven estudiante, en representación de toda la comunidad educativa de la Universidad exige que se cumpla el fallo judicial que hace meses ordenó a las instituciones en mención disponer de medidas de prevención para evitar muertes en la vía a Puerto López, como el ocurrido la mañana del miércoles en el que una mujer y su hijo de 12 años quedaron bajo las llantas de una tractomula cargada de crudo.

El fallo de Tutela ordena que haya guardas de tránsito y que coloquen reductores de velocidad hasta cuando se construya un puente peatonal que permita a las personas ingresar al claustro educativo.

De hecho hay una demanda de Acción Popular que ordenó la construcción del viaducto, pero no se ha cumplido en razón que está en apelación en segunda instancia ante el Tribunal Contencioso Administrativo del Meta.

Eran inseparables

Tras el mortal accidente, se conoce la historia de vida de las dos víctimas que perdieron la vida bajo las llantas traseras de una pesada tractomula.

Yeimi Moraly Galvis era una mujer dedicada a la venta de zapatillas, actividad con la que le garantizaba la educación a su hijo Kevin, de 12 años, con quien viajaba en la motocicleta en ese fatídico día.

Cuentan familiares y amigos de Yeimi que tal vez ninguno de los dos habría sobrevivido sin el otro. Eran inseparables y por eso la muerte los encontró a los dos en el mismo instante.

De Kevin se sabe que era un gran aficionado al fútbol. Esa era su gran pasión.

De 12 años, Kevín estudiaba sexto grado en el Colegio Departamental de La Esperanza en Villavicencio.

Ahora que los dos han dejado este mundo, quienes le conocieron en vida afirman que entre Yeimi y Kevin existía una química increible. Había una relación muy fuerte y era tanto el amor que murieron juntos. Tal vez Dios sabía que no podrían vivir el uno sin el otro.