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Si hay algo en este mundo que no ha hecho llorar sangre al niño Dios y que a Tláloc en toda su gloria le salga una sonrisa de orejera a orejera es el catálogo de Toy Planet que no anuncia los juguetes de la manera sexista a la que estamos acostumbrados.
Así es, la compañía ha decidido romper con los estereotipos y mostrar que cualquier niño puede jugar con lo que se le antoje. Lo tuvieron que hacer con los juguetes de su marca propia ya que las demás compañías envían sus propias fotos (y Dios sabe que a los de marketing de las grandes empresas viven en un mundo de hace como cincuenta años y les encanta reforzar prejuicios).
Toy Planet detectó en años anteriores que las familias ya tenían ganas de dejar atrás los tópicos en los juguetes.
La iniciativa también cayó bien a los dueños de las más de 200 tiendas que tiene esa cadena en España…es más, comentan que muchos clientes los han felicitado en los mismos puntos de venta y no solo vía online.
Ignacio Gaspar, el director general de la cadena de jugueterías, cuenta:
«La idea es mantenerlo. Y no solo para nuestro producto, sino que también es una forma de mostrarle al fabricante que funciona, que no es solo una teoría. No puede ser que el sector vaya por detrás de la sociedad: tiene que reflejarla»
Y algo que los mismos fabricantes han notado. Los roles en la sociedad se van tranformando y se adoptan nuevas costumbres. Ahora no solo las mujeres están condenadas a vivir en la cocina, sino que a las que les gusta cocinar pueden hacerlo y a los hombres que les gusta también (la cocina ya no es una prisión, ahora es un lugar donde se es feliz y se hacen cosas con gusto). Como hay padres y madres que cocinan los niños varones y mujeres piden las «cocinitas» para jugar (nunca sabremos si nuestro hijo o hija es un futuro chef que se está desarrollando).
Además a las chicas también cada vez les gustan más los superhéroes (sí, las chicas geeks existen y son increíbles). Por otro lado cada vez más jugueterías y centros comerciales británicos están dejando de diferenciar entre los juguetes de niños y niñas y dejan que los niños escojan lo que más les guste. Flipar en español ibérico es volverse loco, en este caso trata de decir que le encanta.
La lucha para que cambien los roles y dejar de presionar a los niños y a las niñas a que solo jueguen con determinadas cosas es difícil, pero no imposible.