Emma Heming reveló que un rodaje icónico dejó secuelas que anticiparon la enfermedad neurológica que hoy enfrenta el actor.
Bruce Willis, de 69 años, continúa librando una dura batalla contra la demencia frontotemporal (DFT), diagnóstico que conmocionó a la industria del cine y a sus seguidores. Sin embargo, su esposa, Emma Heming Willis, reveló que las primeras señales de la enfermedad podrían haberse manifestado décadas atrás, durante la filmación de Duro de Matar (1988).
En entrevista con Fox News Digital, Heming relató que el actor decidió rodar una escena con disparos sin utilizar protección auditiva, lo que provocó un daño irreversible en uno de sus oídos. Desde entonces, Willis sufrió pérdida de audición que fue interpretada por la familia como un problema aislado, sin imaginar que escondía un trasfondo más complejo.
Durante años, sus hijas Rumer y Tallulah asumieron aquellas dificultades para escuchar como un rasgo cotidiano y solían bromear sobre ello. Sin embargo, con el tiempo, los silencios, las respuestas tardías y la desconexión en conversaciones revelaron indicios de un trastorno neurológico más profundo.
En su libro Emma and Bruce Willis: The Unexpected Journey, Heming cuenta cómo empezaron a aparecer otros síntomas: la reaparición de la tartamudez, la falta de empatía y episodios de desconexión familiar. Estos signos, que entonces pasaron inadvertidos, resultaron ser manifestaciones tempranas de la DFT.
Actualmente, el protagonista de El Sexto Sentido reside en un centro especializado, decisión que Emma tomó para garantizar la calidad de vida del actor y la estabilidad de sus hijas Mabel y Evelyn.
Tomado de Bluradio