“En La Habana estamos silenciando las armas y en Colombia estamos construyendo la paz”, expresó el Jefe de Estado al intervenir en el Foro de Oslo.
“Podemos decir que, en la práctica, el posconflicto ya comenzó en Colombia”, dijo el Presidente Juan Manuel Santos, al explicar que en el país desde ya se están atacando las raíces mismas del conflicto.
Así lo consideró el Mandatario durante su discurso en el Foro de Oslo (Noruega), un espacio especializado en temas de mediación y donde el Presidente Santos intervino como orador principal. El Jefe de Estado consideró que el conflicto colombiano es de una gran complejidad.
“Estamos hablando de cerca de 250 mil colombianos muertos y más de 7 millones de víctimas, incluyendo un número inmenso de personas desplazadas. Resolver un conflicto de estas dimensiones requiere trabajar en prácticamente todos los aspectos de nuestra vida como nación”, dijo.
Es por esta razón –señaló el Jefe de Estado– que “en La Habana estamos silenciando las armas y en Colombia estamos construyendo la paz”. Por ejemplo, indicó el Presidente Santos, “estamos implementando la más ambiciosa política de desarrollo de infraestructura y de construcción de vivienda jamás concebida en nuestro país.
Igualmente, hemos diseñado y estamos ejecutando políticas de modernización en agricultura, energía y tecnología”. Y agregó que estas mejoras de competitividad para el país, se están complementando con profundas reformas sociales.
“En los últimos cinco años hemos creado más puestos de trabajo y hemos sacado más personas de la pobreza y de la pobreza extrema que ningún otro país en la región. Además, garantizamos la educación gratuita en los colegios públicos y, por primera vez, nuestro presupuesto para la educación es más grande que nuestro gasto militar”, destacó.
Las víctimas
Subrayó que todo este trabajo social se suma a la reparación de víctimas del conflicto.
“Decidimos poner a las víctimas en el centro de la solución de este conflicto”, sostuvo. En este sentido, el Mandatario recordó que con la presencia del Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, su Gobierno sancionó la Ley de Víctimas y de Restitución de Tierras, que busca la reparación de las víctimas y la restitución a los campesinos de millones de hectáreas de que fueron despojados. Sobre esta ley dijo que “ha sido la espina dorsal del acuerdo que ya se logró con las Farc sobre Política de Desarrollo Agrario Integral”.
Explicó que normalmente este tipo de leyes se implementan después de que termina un conflicto. “En nuestro caso la ley está cumpliéndose ya, con un enorme costo fiscal, mientras el conflicto sigue vigente, infortunadamente”, afirmó.
El Jefe de Estado agregó que para su Gobierno, restituir las tierras a los campesinos despojados y ofrecer reparaciones financieras a las víctimas y a las millones de familias desplazadas se ha convertido en otra manera de conquistar la paz.
“A la fecha, ya hemos indemnizado a 500 mil víctimas, algo que no tiene precedentes en el mundo”, puntualizó. Avances del proceso de paz El Presidente de la República recordó que hace dos años y medio en Oslo se firmó el Acuerdo Marco que establece cinco puntos de negociación con las Farc: Política de desarrollo agrario integral, participación política, el problema de las drogas ilícitas, víctimas y justicia transicional y fin del conflicto.
El Presidente enfatizó que ya hay acuerdos sobre los tres primeros puntos. Y citó que en el caso del acuerdo sobre drogas ilícitas, no solo beneficia a Colombia sino al mundo entero.
“Porque Colombia ha sido un centro de producción y tráfico de drogas a nivel mundial. Hemos sido los principales exportadores de cocaína del planeta en los últimos 30 años”, dijo. Por esta razón, indicó que países como México y las naciones centroamericanas, donde los carteles de la droga afectan cada vez más a su población, se beneficiarían del logro de la paz en Colombia.
De igual forma, tendría consecuencias positivas para los Estados Unidos y todos los demás países consumidores de drogas, y también para el África Occidental, punto de tránsito de las drogas sudamericanas a Europa. “Por eso lograr que esta guerrilla se comprometa a terminar todo vínculo con el tráfico de drogas y, en cambio, a ayudar al gobierno en programas de sustitución de cultivos ilícitos y en la destrucción de los laboratorios, tendría un gran impacto”, concluyó el Presidente Santos.