En 312 hectáreas, Ecopetrol resguarda un santuario natural que protege flora y fauna únicas en la región.
En Villavicencio, un tesoro natural permanece protegido bajo la custodia de Ecopetrol: la Ecoreserva El Zocay. Este espacio de 312 hectáreas, ubicado entre las veredas Alto de Pompeya y Peralonso, funciona como un laboratorio vivo y santuario para más de 700 especies de flora y fauna, muchas de ellas emblemáticas y en riesgo.
Con un clima tropical húmedo y temperaturas que oscilan entre 24 y 26 °C, la ecoreserva se extiende sobre terrazas antiguas con suelos ácidos, condiciones que han favorecido el desarrollo de una diversidad biológica excepcional. Un estudio del Instituto Humboldt en 2022 identificó 286 tipos de plantas, 165 especies de insectos, 136 aves, 67 peces, 24 mamíferos, 18 anfibios y 15 reptiles.
Entre los habitantes más representativos destacan el mono Zocay o mono rojo —que da nombre a la reserva—, el ocelote, el oso palmero y el zorro perruno. Para estas especies, El Zocay no solo es refugio, sino garantía de supervivencia en un entorno seguro frente a la expansión humana y la pérdida de hábitat.
Pero El Zocay no es únicamente un espacio de conservación pasiva. Ecopetrol ha convertido este lugar en un centro de monitoreo de especies, educación ambiental y uso sostenible de recursos naturales. Las estrategias implementadas buscan mantener el equilibrio ecológico y fortalecer el vínculo de las comunidades vecinas con su entorno.
La reserva también se ha consolidado como punto de investigación y generación de conocimiento sobre ecosistemas tropicales, aportando datos clave para la formulación de políticas y acciones de conservación a nivel regional.