El pontífice realizó un llamamiento a la comunidad para que se rechace cualquier forma de corrupción que sustrae recursos de los pobres.
En el discurso pronunciado durante el encuentro con el Presidente Filipino Benigno Aquino, el Papa Francisco indicó que es un "deber escuchar la voz de los pobres y romper las cadenas de la injusticia".
"La gran tradición bíblica prescribe a todos los pueblos el deber de escuchar la voz de los pobres y de romper las cadenas de la injusticia y la opresión que dan lugar a flagrantes e incluso escandalosas desigualdades sociales", pronunció ante 350 personas, autoridades y cuerpo diplomático, en la Sala de ceremonias Rizal del palacio presidencial.
Señaló además que "para realizar las reformas de las estructuras sociales que perpetúan la pobreza y la exclusión de los pobres lo que se debe hacer en primer lugar es la conversión de la mente y el corazón".
Sobre el desastre que asoló el país y causando mas de 8.000 muertos, el papa explicó que admiró "la fuerza heroica, la fe y la resistencia demostrada por muchos filipinos frente a éste y otros desastres naturales" y la "manifestación de bondad y generosidad, sobre todo por parte de muchos jóvenes".
Concluyó finlmente con un llamamiento para que se "promuevan soluciones justas que respeten los principios fundamentales" de la nación y los derechos inalienables de todos, incluidas las poblaciones indígenas y las minorías religiosas".
Al igual que al presidente cingalés, el papa regaló a Aquino un atlas náutico de 1562 atribuido al cartógrafo español Bartolomé Oliva.