El volcán Krashenínnikov erupcionó tras 600 años de inactividad y lanza cenizas a más de 6 kilómetros de altura, en medio de una intensa actividad sísmica.
Una inesperada erupción volcánica sacudió este lunes la península rusa de Kamchatka, al activarse el Krashenínnikov, un coloso que llevaba más de seis siglos dormido. La columna de cenizas alcanzó los 6 kilómetros de altura y avanza en dirección sureste, lo que ha generado alertas sobre posibles riesgos para el turismo y la aviación.
El fenómeno fue confirmado por el Servicio Geofísico de la Academia de Ciencias de Rusia, mientras que expertos del Instituto de Vulcanología y Sismología advirtieron que la nube podría afectar el Valle de los Géiseres, una de las zonas geotérmicas más importantes del mundo. “Todo dependerá de la dirección del viento”, señalaron.
Esta erupción ocurre días después de una secuencia de terremotos que estremeció la región, incluyendo un sismo de magnitud 8,8, el más potente desde 1952. Los científicos no descartan una conexión directa entre la actividad sísmica y la reactivación del volcán, lo que mantiene bajo vigilancia a las autoridades locales.
La península de Kamchatka, ubicada en el Lejano Oriente ruso, alberga cerca de 130 volcanes, de los cuales más de 30 están activos. A la reciente erupción del Krashenínnikov se sumó la del Kliuchevskói, el volcán más alto de Eurasia, lo que sugiere un aumento sostenido en la actividad geológica de la zona.
El Krashenínnikov, que había permanecido en silencio desde el siglo XV, no solo despierta temores en la comunidad científica, sino también inquietudes sobre posibles impactos en el tráfico aéreo y la seguridad de miles de visitantes que cada año recorren esta región volcánica.
Tomado de Bluradio