"Veía como el rostro de las personas se tornaban caras de dragones y reptilianos".
¿Cómo podemos diferenciar entre la realidad y una alucinación? La realidad es algo que podemos ver a través de los ojos y las alucinaciones son productos de nuestra mente al igual que todo lo que proviene de nuestra imaginación; solo que las alucinaciones parecen escapar fuera de nuestro control. Parecen venir de la realidad, no de nuestra imaginación.
En 2011 se dio a conocer el caso de una mujer de 52 años que aseguraba haber visto toda su vida como el rostro de las personas convertirse en caras de dragones, reptilianos con enormes ojos en amarillo brillante, verde, azul o rojo. La mujer sí reconocía los rostros reales de las personas si estaba conversando con ellas, por ejemplo, pero después de varios minutos veía como se tornaban negros, les crecían “orejas largas y puntiagudas con un hocico prominente”.
“Vio caras similares a dragones que se desplazaban hacia ella muchas veces al día desde las paredes, enchufes eléctricos o la pantalla de la computadora, tanto en presencia como en ausencia de patrones faciales, y por la noche vio muchas caras de dragón en el oscuro”, destacaron los médicos.
En el estudio publicado en The Lancet los médicos narran que “los dragones” le impidieron a la mujer sostener un trabajo o mantener interacciones sociales de forma estable.
Tras no obtener resultados desfavorables en las pruebas de escaneo cerebral- resonancia magnética, electroencefalograma y exámenes neurológicos – ni en las de sangre, los médicos diagnosticaron prosopometamorfopsia como causa de las alucinaciones. Es perturbación psíquica que hace a las personas que la padecen perciban los rostros de otras personas como cambiantes, deformes o distorsionadas.
No es el primer caso registrado por la ciencia, aunque sí uno de los más extraños por lo especifico de las alucinaciones. El neurólogo Oliver Sack, quien participó en el equipo que diagnostico a la mujer que veía dragones, registró el caso de otra paciente que sufría alucinaciones “visuales” pese a que llevaba 5 años ciega. En otro de los caso, una mujer de 44 años con prosopometamorfopsia informó que veía como los rostros de las personas se convertían en caricaturas de sí mismas. Otra paciente de 24 años describió la mitad izquierda de las caras de las personas como “fuera de lugar”.
Aunque no se sabe a ciencia cierta qué es lo que causa la prosopometamorfopsia, se cree que tiene su origen en una de las áreas de la circunvolución fusiforme, la región de la corteza occipitotemporal que está asociada con el reconocimiento facial.
Después de mucho ensayo y error, sus doctores descubrieron que un medicamento contra la demencia llamado rivastigmina apaciguó a los dragones. Ahora la paciente ha logrado mejorar su vida social y tener un trabajo estable.