Esta talentosa niña villavicense de 17 años, podrá seguir con sus estudios de Derecho gracias al respaldo económico del alcalde de Villavicencio, funcionarios de su gabinete municipal y del diputado Ricardo Jaramillo, presidente de la Asamblea del Meta.
Tal vez si la profesora Bernarda Rodríguez no se atreve a escribir una carta al periódico Llano 7 días, tal vez Durley Katherine Barros Rodríguez no estaría realizando sus gestiones de matrícula para el segundo semestre de Derecho en la Universidad Santo Tomás, sede Villavicencio.
Y tal vez si lo periodistas de Marco Antonio Franco Informando, que se transmite por la Súper Estación 98.3 desde Villavicencio, no huberan hecho eco de esa comunicación aparecida en el medio impreso, no se hubiera logrado la solidaridad del alcalde de la capital del Meta, Juan Guillermo Zuluaga Cardona, de los funcionarios que conforman su gabinete y del diputado Ricardo Jaramillo, presidente de la Asamblea del Meta, quienes realizaron una colecta para lograr el dinero que necesitaba Durley Katherine para proseguir con sus estudios profesionales.
En la comunicación enviada por la profesora Bernarda, veterana y curtida maestra de mil batallas formando generaciones, llamaba la atención sobre el caso de esta niña de 17 años, quien desde sus estudios en la institución educativa John F. Kennedy ha mostrado talentos extraordinaros-como se quiera que obtuvo el título en un concurso nacional de oratoria, fue elegida alcaldesa infantil de Villavicencio y actualmente es parlamentaria juvenil de Mercosur-se fuese a quedar por fuera de la universidad por no contar con el recurso económico para la matrícula.
Asimismo la veterana educadora se mostró extrañada porque en el Fondo de Educación Superior de la Gobernación del Meta se le hubiera negado el crédito para continuar con sus estudios superiores.
Durley Katherine, quien perdió a su padre cuando contaba 7 años de edad ( fue asesinado cuando laboraba como taxista en Villavicencio) creyó que su esperanza de ser una gran abogada se derrumbaba ante la negativa de obtener el crédito que le permite a los jóvenes de escasos recursos económicos continuar con sus estudios universitarios.
Ella sabe que pese a los esfuerzos de su madre-María Eugenia Rodríguez, quien se gana la vida como trabajadora de servicios generales en una entidad bancaria de la ciudad en donde percibe el salario mínimo (algo más de $560 mil mensuales) no iba a ser posible matricularse para el segundo semestre de sus estudios de Derecho.
Esta adolescente, que gusta de la oratoria, del baile artístico, del teatro, del periodismo y que sueña con convertirse en una de las abogadas más destacadas de la ciudad, y porque no del país, encontró en su profesora Bernarda a esa hada madrina que le podría representar el fin de sus afugias cada vez que tiene que matricularse en la universidad.
Durley Katherine, junto a su hermana Yuli-de 22 años- y su madre María Eugenia, con quienes vive en La Esperanza en Villavicencio, se aferran a la esperanza de que ella pueda logar su gran sueño y seguir impulsando y desarrollando proyectos que tienen que ver con la niñez villavicense.