Entre los desafíos destaca la actualización de las prácticas pedagógicas y educativas, el reconocimiento de las dinámicas de los territorios.
En el marco del Día Internacional de la Educación, que se conmemora cada 24 de enero, se reviven las reflexiones sobre la actualidad de la educación en Colombia, un país con desafíos significativos. Con 250 millones de niños y jóvenes sin acceso a la educación y 763 millones de adultos luchando contra el analfabetismo a nivel global, la llamada a transformar el sistema educativo resuena con urgencia.
¿Qué pasa con la educación en Colombia?
Los expertos afirman que el sistema educativo atraviesa tiempos de cambio y cuestionamiento. Juan Pablo Díaz, docente de la Escuela de Educación e Innovación del Politécnico Grancolombiano, señala la necesidad de reformas a las leyes que han regido la educación en los últimos 30 años, destacando la importancia de adaptarse a las demandas actuales. En este contexto, es esencial considerar que el entorno global cambia constantemente, dando origen a nuevas prácticas y tecnologías que impactan el proceso educativo, desde la etapa preescolar hasta los posgrados.
Para comprender la magnitud de los desafíos, es fundamental tener en cuenta que Colombia ocupa el segundo lugar en el gasto per cápita más bajo por estudiante, únicamente superado por México. Con menos de 5.000 dólares anuales invertidos por estudiante en ambos países, la disparidad se evidencia al compararse con naciones que destinan casi 25.000 dólares anuales por estudiante. Estas cifras subrayan la necesidad de revisar y replantear las políticas de inversión en educación en Colombia.
El docente también explica que durante mucho tiempo Colombia ha estado orientada hacia innovaciones educativas provenientes del extranjero, con las que se busca establecer modelos educativos que, en muchos casos, no son bien recibidos en los territorios. La falta de aceptación se deriva del desconocimiento de la población y sus problemáticas locales.
Durante 2022 el 23,7 % de estudiantes en zonas rurales no asistió a instituciones preescolares, colegios, escuelas o universidades. En 2023, en 8 de cada 10 sedes educativas rurales no hay internet y en el 59,7 % de estas no hay un salón de informática. Incluso, el 18,1 % de los colegios oficiales no cuenta con servicio de energía eléctrica. Estas y otras cifras que muestran las diversas problemáticas que enfrenta la educación rural en el país, según un estudio realizado por el Laboratorio de Economía de la Educación (LEE).
Estos datos subrayan la urgencia de desarrollar políticas públicas de educación que enfoquen mejoras e inversiones integrales. Esto implica no solo la provisión de infraestructura y seguridad, sino también la asignación eficiente de profesores y el fortalecimiento de entornos saludables. La adaptación de los currículos al contexto local y un seguimiento individualizado de los niños, niñas y adolescentes que no asisten a las escuelas, son algunos de los aspectos cruciales para abordar estos desafíos.
“Por ello, el futuro de las políticas educativas debe basarse en un profundo conocimiento de las comunidades en sus respectivos territorios. Destacando la necesidad imperativa de crear modelos educativos y pedagógicos que estén directamente alineados con las necesidades y realidades específicas de la población. Esta reflexión integral no solo señala los desafíos, sino también apunta hacia oportunidades transformadoras que pueden impulsar una educación más equitativa y centrada en las comunidades”, afirma el docente.
Cinco principales desafíos
En la búsqueda de un futuro transformador para la educación en Colombia, el docente Díaz explica cuáles son principales cinco desafíos:
El docente del Politécnico Grancolombiano resalta la naturaleza gradual de las transformaciones en educación y aboga por un trabajo coordinado entre el Ministerio de Educación Nacional, las facultades de educación y el ICFES. “Este esfuerzo conjunto se presenta como esencial para rediseñar el sistema educativo y lograr resultados palpables con cada cambio generacional”.