Este 24 de febrero se conmemoran 2 décadas de una de las organizaciones culturales que más ha evolucionado en la diversificación de la música llanera:
El 24 de febrero del año 2000 los gestores culturales, Luz América Rey Sierra y Federico Chaparro Cahueño, con otros amantes del joropo, hicieron realidad el sueño de establecer el centro de enseñanza del folclor que fuera referente en todos los Llanos, por eso fundaron la Corporación Cultural Llanera Luís Ariel y Gil Arialdo Rey Roa, conocida popularmente como Corculla.
El objetivo siempre ha sido brindar formación folclórica, por eso empezaron en la sala de una casa, luego en algunos espacios de los Colegios Policarpa Salavarrieta y Francisco de Paula Santander, después tomaron en alquiler otra vivienda en el barrio Emporio, hasta que años después se establecieron en la que es actualmente la sede campestre en el barrio Galán de Villavicencio (Meta).
Por estos días podría decirse que es el centro de formación con el mayor número de estudiantes, pionero en presentar el joropo como espectáculo, formador de figuras del canto y rompió barreras llevando nuestro folclor a decenas de ciudades de Colombia y países del mundo.
El papá de Luz América, el compositor, Gil Arialdo Rey Roa, siempre manifestó que la música llanera jamás debería perder su esencia, pero sí se le podría poner un nuevo empaque, utilizando el lenguaje universal, para que el mundo entero lo entendiera, disfrutara y valorara.
Durante el primer quinquenio fueron múltiples campeones de los joropódromos que se realizaron por el Llano, hasta que apareció la primera exposición nacional en el Concurso de la Belleza de Cartagena, donde Los Niños del Joropo brindaron tremendo espectáculo en la noche de coronación.
Desde esos días a la fecha son muchos los triunfos, cantidad de niños y jóvenes que pasaron por las aulas de Corculla, tienen convenios de enseñanza con diversos colegios, llevan el joropo a la zona rural, masifican y difunden la cultura llanera y son los creadores del gran musical Vive Zaperoco.
Empezó como un sueño, que también serviría para rendir tributo a los maestros, Luís Ariel y Gil Arialdo, pero en 2020 es el más fuerte e inolvidable emprendimiento cultural que tiene el Meta para presentar al mundo. ¡Arriba Corculla!