En un mundo que cada vez mira más hacia las energías renovables y el transporte sostenible, las grandes ciudades tienen que empezar a planificar con tiempo su infraestructura para el futuro. Bogotá no es la excepción y desde ya, la ciudad está pensando en cómo suplir la demanda de estaciones para carga de energía cuando más vehículos eléctricos rueden por las calles.
De hecho, el Grupo Energía Bogotá (GEB) y la Alcaldía Distrital anunciaron hace poco la implementación de una revolucionaria herramienta, llamada Evi-Pro, para planificar la carga de ese tipo de vehículos en la ciudad, una apuesta que permite soñar desde ya con una ciudad de transporte eléctrico en la que los conductores puedan encontrar líneas de carga (electrolineras) en las zonas más transitadas.
Simón Valderrama, profesional de la Vicepresidencia de Gestión de Negocios e Innovación del GEB, le contó a Diario Criterio que llegaron a esta herramienta cuando empezaron a pensar en cómo, desde la empresa, podían ayudar a acondicionar el mercado colombiano y bogotano para aumentar la llegada de vehículos eléctricos y, de esa forma, ayudar a la transición energética.
Viendo varias herramientas disponibles se encontraron esta, desarrollada por el Laboratorio Nacional de Energía Renovable (NREL) de Estados Unidos, que permitía analizar información, pero que estaba montada de acuerdo con las necesidades y patrones de consumo de las ciudades de ese país. “Nuestro proyecto fue tomar Evi-Pro y adaptarla con insumos locales: el número de vehículos, patrones de movilidad, crecimiento de vehículos eléctricos en el mercado”, añade.
De esa forma, explica Valderrama, la plataforma se alimentó con una serie de variables e información sobre Bogotá: la encuesta de movilidad que la Secretaría Distrital de Movilidad realizó en 2019, la matriz de viajes origen-destino, la ubicación actual de las electrolineras públicas y la cifra de crecimiento de vehículos eléctricos en el mercado, su ubicación y sus necesidades (tipos de batería, requerimientos de carga), entre otros datos.
Con esa información cruzada, se simularon en un mapa varios planes de infraestructura de carga en la ciudad dependiendo de diferentes escenarios de penetración de vehículos eléctricos y del tipo de cargadores que se podría instalar en cada lugar, porque las electrolineras funcionan con tres diferentes tipos: las de carga rápida (que pueden dejar un vehículo listo en 30 minutos), carga semi rápida (de dos a cuatro horas) y de carga lenta.
La herramienta pronto mostrará sus primeros resultados. Según Luis Alfredo Castro, de la Dirección de inteligencia para la movilidad en la Secretaría Distrital de Movilidad, en la Alcaldía están trabajando un proyecto para instalar, en el corto plazo, mínimo 15 cargadores rápidos (en la ciudad ya hay varios semi rápidos y lentos). Eso se dejaría contratado durante esta administración distrital y los lugares con mayor potencial ya los tienen identificados gracias a la simulación que hizo la herramienta.
Sobre los planes a largo y mediano plazo, explica que dependen de las políticas del Distrito al respecto. “Estamos en vísperas de adoptar formalmente una política de movilidad y pronto el plan de acción va a estar en conocimiento de la ciudadanía”, cuenta.
Esa política identifica varios proyectos y objetivos para cada tipo de transporte. En el caso de los vehículos eléctricos, por ejemplo, hay varias metas: “para los vehículos que son de propiedad de la Administración Distrital le apuntamos que a 2028 ya el 100% sean de cero emisiones; para los taxis, la meta es el 2035 y para los buses del Sistema Integrado de Transporte, alrededor de 2039”, dice Castro.
Para los particulares, por su parte, la meta es que a 2032 el 100% de los vehículos que se registren nuevos en la ciudad sean de cero emisiones y de bajas emisiones (entre híbridos y eléctricos) y que a 2040, el 100% sean eléctricos.
Otro beneficio de la herramienta, en ese sentido, es que puede actualizarse si la información cambia. Eso permitiría ajustar la simulación dependiendo de nuevas metas o cifras de penetración de vehículos eléctricos y cambios en los patrones de movilidad y transporte de la ciudad. Pero también deja la puerta abierta para llevar la misma herramienta a otras ciudades del país, siempre y cuando tengan la información necesaria para alimentarla.
Eso ayudaría mucho a la transición a vehículos eléctricos en toda Colombia. Sobre todo, porque según estudios realizados por la Secretaría de Movilidad Distrital, la segunda gran barrera para que los ciudadanos compren vehículos de este tipo (después del costo) es la falta de infraestructura para cargarlos.
Por ese motivo, si las ciudades se preparan desde ya, la transición será mucho más sencilla y en unas décadas, la movilidad eléctrica será la regla y no la excepción.
Para la implementación de Evi-Pro, el GEB y la Alcaldía Distrital también contaron con el apoyo de la Asociación de Energía de los Estados Unidos y USAID.