Las estimaciones actuales indican que el 8,9 % de la población mundial padece de hambre, es decir, cerca de 690 millones de personas.
El número de personas que padecen hambre en el mundo sigue en aumento. Las estimaciones actuales indican que el 8,9 % de la población mundial padece de hambre, es decir, cerca de 690 millones de personas. Se proyecta que esta cifra aumentará a unos 10 millones de personas en un año y 60 millones en cinco años; si continúan estas tendencias, el número de personas afectadas por el hambre en el 2030 superará los 840 millones de personas.
Según el último documento del Departamento Nacional de Planeación, Colombia ha avanzado en los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030, pero solo uno no muestra un porcentaje de avance: hambre cero. El DANE reportó que el 42,5 % de la población colombiana (21, millones de personas) vive por debajo de la línea de pobreza y no puede alimentarse adecuadamente porque no accede a alimentación suficiente y saludable. De estas 21 millones de personas, el 15,1 %, viven en pobreza extrema. Aunque en el último año 1,4 millones de personas salieron de esta condición, todavía son más de dos millones de personas adicionales a las que había antes de la pandemia. Las cifras serían mayores si no se hubieran implementado programas de ayudas sociales.
Al respecto, la Asociación de Bancos de Alimentos de Colombia (ABACO) señaló que el 54,2 % de la población colombiana vive en inseguridad alimentaria y 15.9 millones de personas no tienen las tres comidas diarias; mientras que el Ministerio de Salud reveló que más de 500.000 menores de cinco años tienen desnutrición crónica.
Esta problemática se agudiza al no contar con información periódica y confiable que permita conocer sobre la política pública y hacer seguimiento a los avances, retrocesos y respuestas que se han dado a la crisis, puesto que los fragmentos de información y estadísticas oficiales que existen no han sido actualizados en años.
Lo que es cierto es que la seguridad alimentaria de ciertos grupos poblacionales no está garantizada, por esto, diferentes organizaciones cumplen la función de generar procesos de atención humanitaria, trabajando para disminuir la brecha de inseguridad alimentaria que se presenta. Estas organizaciones sin ánimo de lucro son conocidas como bancos de alimentos.
Los modelos de bancos de alimentos se han establecido en diferentes latitudes a nivel mundial, cada uno controlado por unidades gubernamentales o comunidades religiosas, quienes son las encargadas de controlarlos, recibir las donaciones y establecer el sistema. Las funciones que desarrollan se centran en tres dimensiones: la reducción de desperdicios de alimentos, la reducción del hambre y la entrega de alimentos a organizaciones o poblaciones vulnerables. Esto logra que las ayudas correctas lleguen a la población indicada, ya que se abarcan los recursos del banco para adquirir, almacenar y distribuir las ayudas.
En el entorno de un país como Colombia, la Fundación Banco Arquidiocesano de Alimentos de Bogotá, juega un papel fundamental, por contribuir de manera contundente con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), ayudando a poblaciones en condiciones de vulnerabilidad que sufren de inseguridad alimentaria y desnutrición. Desde hace 20 años entrega más de 18 millones de kilos de alimentos balanceados y saludables que han sido clasificados, almacenados y distribuidos de manera responsable, eficiente y equitativa para ayudar a los más vulnerables del país.
Con el fin de fortalecer los procesos realizados por esta entidad, el Politécnico Grancolombiano se unió a su importante labor a través de un convenio con el que se apoya y ejecutan investigaciones que brindan respuestas y acciones concretas para abordar problemáticas como la recolección, donaciones y el desperdicio de alimentos.
Actualmente, en el marco de este convenio se desarrollan dos proyectos asociados que contribuyen a la toma de decisiones del banco. El primer proyecto es una revisión documental de los indicadores de hambre en el mundo, con el que se espera establecer las causas y políticas que puedan estar afectando el hambre en Colombia, convirtiéndose en un valioso insumo para la toma de decisiones. Este proyecto es liderado por los docentes e investigadores Carmelina Cadenas y Mario Julián Cañón.
El segundo proyecto busca identificar el modelo operacional de los bancos de alimentos en todo el mundo, a partir de revisión de literatura y análisis de casos de los bancos de alimentos a nivel internacional. Al identificar las particularidades de cada banco, se tendrá un panorama de los nuevos retos y cambios en los modelos operacionales para extrapolar ideas que contribuyan al crecimiento en la función social del Banco de Alimentos de Bogotá. Esta investigación es liderada por los docentes e investigadores Juan Martínez, Sebastián Peláez y Jairo Parra.
Buscando contribuir a la necesidad de información que permita la toma de decisiones, en un ejercicio académico con estudiantes del Politécnico Grancolombiano, se establecieron las ubicaciones más recomendadas para centros de acopio en Cundinamarca en los que se recolectarían los productos para el PREA (Programa de recuperación de excedentes alimenticios del Banco de Alimentos de Bogotá, el cual este articulado con el sector agroindustrial), a partir de un análisis de cluster que determinó cuáles municipios son productores y cuentan con pequeños cultivos especializados en hortalizas, tubérculos, leguminosas, cereales y frutales, para poder hacer más efectiva la recolección de dichos alimentos.
Además, desde el área de extensión también se apoya la labor del Banco de Alimentos, incentivando, impactando y sensibilizando a la comunidad Poli sobre la labor que ejecuta esta organización y realizando una convocatoria para que los estudiantes puedan vincularse al centro de acopio a través de semilleros, investigaciones, trabajos de grado, pasantías y oportunidades laborales.
Finalmente, constantemente se realizan actividades de voluntariado, en las que se apoya en la importante labor de empacar mercados a través de una línea de ensamble. Con esta actividad también se identificaron oportunidades de proyectos que buscan implementarse a través de las diferentes áreas de estudio de la institución.