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Colombia enfrenta el desafío de una educación sexual integral

Colombia enfrenta un reto pendiente: transformar la educación sexual y derribar los tabúes que aún la limitan en colegios y familias.

Colombia enfrenta el desafío de una educación sexual integral

En Colombia, la educación sexual sigue marcada por silencios, prejuicios y resistencias culturales que impiden a niños, niñas y adolescentes acceder a información clara y respetuosa sobre su sexualidad. Este panorama quedó en evidencia en la investigación “Mi cuerpo, nuestro cuerpo: educación para la sexualidad”, realizada por el Politécnico Grancolombiano.

El estudio revela que el tema se aborda de manera fragmentada, reducida a lo médico, sin formación adecuada para docentes ni respaldo institucional. La falta de herramientas pedagógicas, materiales obsoletos y un enfoque centrado solo en la prevención limitan la construcción de una educación integral.

Los expertos identifican tres fallas centrales: los tabúes culturales, la falta de capacitación docente y el escaso compromiso institucional. Esto hace que la sexualidad sea tratada como un asunto secundario frente a otras materias, cuando en realidad impacta de forma directa la vida emocional, social y afectiva de los estudiantes.

Para transformar esta realidad, los investigadores proponen un enfoque transversal y afectivo que aborde temas como consentimiento, emociones, placer, diversidad e identidad de género. Una educación sexual que no infantilice, sino que legitime la sexualidad como un campo vital de conocimiento.

El reto no es solo escolar: las familias deben asumir un papel activo y dejar de ver la sexualidad como un tema prohibido. Los adolescentes, por su parte, necesitan espacios seguros para expresar sus dudas y vivencias.