El ministro de Agricultura, Rubén Darío Lizarralde, hace un llamado a los proveedores de semillas e investigadores para que desarrollen nuevas tecnologías que se adapten a los requerimientos regionales y a las condiciones cambiantes del clima.
Una caída superior al ocho por ciento, como consecuencia del cambio climático, registró la rentabilidad promedio de la producción mundial de la fibra de algodón. En la pasada temporada se redujo de 809 kilogramos a 741 con una reducción de 68 kilos por hectárea.
La situación fue puesta de presente por el ministro de Agricultura de Colombia, Rubén Darío Lizarralde, al instalar la reunión plenaria del Comité Consultivo Internacional del Algodón, ICAC del que hacen parte los gobiernos de los países productores, comercializadores y consumidores de algodón.
El evento, enmarcado con el slogan “Desafíos emergentes para la cadena de valor del algodón”, que reúne a delegaciones de 70 países, se prolongará hasta el viernes próximo.
El titular de la cartera agropecuaria formuló un llamado a los investigadores y proveedores de semillas, para que desarrollen nuevas tecnologías que se adapten a los requerimientos regionales y a las condiciones cambiantes del clima.
El ministro señaló que si bien Colombia no es un gran jugador dentro de la producción mundial, el cultivo no deja de ser significativo por su arraigo histórico y cultural dentro de la población, la generación de empleo, su aporte a las economías regionales y el valor agregado que produce a lo largo de toda la cadena.
Del cultivo del algodón y su cadena productiva, se generan nueve millones de jornales y más de 4.000 familias campesinas dependen de esta actividad.
En la temporada 2013 que acaba de terminar para la Costa Caribe, se sembraron 22 mil hectáreas y se cosecharon cerca de 14 mil toneladas de fibra.
En la región del Interior, que se encuentra en recolección, se sembraron cerca de 9.500 hectáreas y se espera recoger alrededor de 9.500 toneladas de fibra, con unos rendimientos esperados de una tonelada de fibra por hectárea.
El ministro Lizarralde destacó la importancia que tiene para Colombia la cadena completa del algodón, hilados, textiles y confecciones, que junto con el eslabón de diseño y moda, ha sido declarada por el Gobierno como macrosector de talla mundial.
El sector textil y de confecciones representa el 6% del PIB del sector industrial y genera más de 700 mil empleos directos.
El ministro de Agricultura propuso a las diferentes delegaciones que participan en la cumbre algodonera un plan de trabajo, que integre a todos los actores, incluidos los gobiernos, dirigido a que países como Colombia puedan resolver, en el corto y mediano plazo, las dificultades que afrontan a lo largo de la cadena.