Más de 170 personas murieron en Sudán entre el 20 y 27 de mayo por cólera, informó el Ministerio de Salud.
Sudán enfrenta un brote de cólera que ha dejado al menos 172 muertos y 2.729 nuevos casos en apenas una semana, según datos oficiales divulgados este martes 28 de mayo. El epicentro de la epidemia se encuentra en Jartum, capital del país, donde se concentra el 90 % de los contagios. Las autoridades sanitarias atribuyen la crisis al colapso de servicios básicos provocado por el conflicto armado.
El Ministerio de Salud alertó que la propagación se extiende rápidamente a regiones como Kordofán Norte, Sennar, Al Yazira, Nilo Blanco y Río Nilo. La precariedad en los servicios de agua y salud pública ha agravado la situación, mientras miles de desplazados retornan a zonas sin condiciones sanitarias adecuadas.
De acuerdo con las autoridades locales, la destrucción de infraestructuras hídricas por parte del grupo Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) ha obligado a la población a consumir agua contaminada, facilitando la propagación del cólera y otras infecciones gastrointestinales.
La crisis sanitaria se intensificó tras el retorno masivo de desplazados a localidades como Jebel Aulia y Salha. Estas personas regresaron a entornos contaminados, sin acceso a agua potable, ni condiciones mínimas de higiene, lo que elevó los riesgos de contagio.
Sudán vive una de las peores crisis humanitarias del planeta: más de 12,5 millones de desplazados internos y un sistema de salud colapsado por la guerra que comenzó en abril de 2023. Hospitales han sido atacados y el personal médico ha sido desplazado, dejando sin atención a millones de personas vulnerables.
Aunque el cólera es prevenible con agua segura, higiene y atención médica, estas condiciones son casi imposibles de garantizar en un país en guerra. La única salida, según expertos, pasa por el cese de hostilidades, acceso humanitario seguro y campañas urgentes de vacunación y distribución de kits sanitarios.
Tomado de la FM