Antes de terminar el año, las empresas en Colombia deben afinar su cierre contable para evitar sanciones y tomar decisiones financieras con información confiable.
El cierre contable se convirtió en un proceso clave para las empresas colombianas al finalizar 2025, no solo por su impacto legal y tributario, sino por su influencia directa en la planeación financiera del año siguiente. Expertos advierten que una gestión deficiente puede derivar en sanciones, reprocesos y decisiones empresariales mal fundamentadas.
Según Siigo, compañía especializada en software contable, uno de los principales riesgos es dejar la contabilidad para última hora. Mantener los registros actualizados durante todo el año permite que el cierre sea un ajuste final y no una reconstrucción de la información financiera, reduciendo errores y costos operativos.
Otro punto crítico es la conciliación de cuentas bancarias y movimientos financieros. Verificar que los saldos contables coincidan con los extractos bancarios ayuda a detectar pagos duplicados, ingresos no registrados y transacciones pendientes, evitando inconsistencias que luego pueden tener efectos fiscales.
El análisis de cuentas por cobrar, obligaciones pendientes e inventarios también resulta determinante. Confirmar saldos reales, evaluar deudas incobrables y ajustar inventarios físicos con los registros contables permite reflejar con mayor precisión la liquidez, los costos y la utilidad real del negocio.
El cierre del año es, además, el momento para validar que ingresos y gastos estén registrados en el periodo correcto, revisar activos de largo plazo, depreciaciones y provisiones. Estas acciones garantizan que los estados financieros cumplan con las normas vigentes y representen fielmente la situación de la empresa.