Una mezcla simple de cocina puede transformar tu hogar: limpia, aromatiza y desinfecta con eficacia si la preparas correctamente.
Dos ingredientes cotidianos, el bicarbonato de sodio y las hojas de laurel, se han convertido en una fórmula popular para mantener los espacios del hogar limpios y con un aroma fresco. Su combinación, sustentada en propiedades químicas y naturales, ofrece soluciones efectivas para eliminar olores, limpiar superficies y hasta revitalizar prendas.
El bicarbonato destaca por su capacidad para neutralizar olores y actuar como abrasivo suave, ideal para limpiar sin dañar. Por su parte, el laurel aporta aceites esenciales con propiedades antibacterianas y antifúngicas, además de su fragancia natural que relaja y purifica el ambiente.
Juntos crean una mezcla versátil con múltiples aplicaciones domésticas. En espacios cerrados, actúa como neutralizador de olores; en superficies, como limpiador suave; y en prendas, ayuda a recuperar la intensidad de los colores oscuros. También puede usarse en saquitos de tela para aromatizar cajones y ahuyentar insectos.
Su preparación varía según el uso: triturar hojas de laurel y mezclarlas con bicarbonato para absorber olores; hervirlas con agua y añadir bicarbonato para revitalizar ropa; o combinarlas con agua para una limpieza más profunda.
Tomado de El Tiempo