Entre enero y julio de 2025 se hurtaron más de 27.000 vehículos, motos y partes, un delito que mueve $410.000 millones.
El mercado ilegal de autopartes avanza en Colombia a un ritmo alarmante. Según el SIEDCO de la Policía Nacional, entre enero y julio de 2025 fueron robadas 19.638 motocicletas, 5.100 vehículos y 2.900 piezas motrices, cifras que representan pérdidas económicas cercanas a los $410.000 millones.
Asopartes, gremio del sector, advierte que la ilegalidad no se limita al hurto: el contrabando también alimenta este circuito criminal. De acuerdo con la DIAN, el 10% de los repuestos que ingresan al país lo hacen por vías irregulares, lo que equivale a unos US$260 millones en 2024. Esta dinámica erosiona el comercio formal, encarece los seguros y debilita el empleo técnico especializado.
El presidente de Asopartes, Carlos Andrés Pineda Osorio, señaló que los vehículos Toyota, Kia, Chevrolet y Mazda concentran gran parte de los hurtos, mientras que en motocicletas predominan Bajaj y AKT. En autopartes, espejos, llantas y unidades de control electrónico (ECU) son los componentes más robados por su alta demanda y rápida salida en el mercado clandestino.
Casos recientes muestran la magnitud del problema: el pasado 24 de agosto, en una bodega de la empresa Peláez Hermanos, fueron sustraídas 986 baterías Willard, con un valor aproximado de $800 millones. Este hecho refleja la capacidad logística de estas redes para movilizar mercancía de alto volumen en poco tiempo.
Ante el panorama, Asopartes presentó un plan de acción con cinco ejes: mayor control y trazabilidad en las partes críticas, campañas de compras seguras, judicialización de receptadores, promoción de repuestos legales y programas de capacitación para preservar el empleo formal.