Conozca sobre el accidente lonómico y los riesgos a los que están expuestos por contacto directo con el gusano.
Es competencia de Cormacarena informar a la comunidad sobre la presencia del insecto churrusco o también conocido como oruga o lonomia, y los riesgos a los que están expuestos por contacto directo con el gusano.
Esta especie se distribuye por el neotrópico y hace parte del género de lepidóptero ditrisio de la familia Saturniidae cuyas orugas se conocen vulgarmente como taturanas, poseen pelos tóxicos altamente peligrosos, los cuales tiene un veneno más potente que el de una víbora.
La taturana posee espinas en todo el cuerpo que parecen una rama seca, es de color verdoso o café con líneas a lo largo, tiene una marca en forma de “U” o de “M” cerca de la cabeza y constantemente forman grupos o colonias en los troncos de los árboles.
Los síntomas clínicos por el envenenamiento de lonomia inician con dolor local, eritema y edema en la zona de contacto, posteriormente aparece cefalea, náuseas y vómito, de seis a 72 horas después del contagio puede aparecer hipotensión, hematomas, hematuria, equimosis, epistaxis o sangrado de heridas recientes. El tipo de reacción depende de la especie de la oruga involucrada, el grado de exposición, el estadio de desarrollo del lepidóptero y de las características del paciente.
En caso de encontrarlas Cormacarena recomienda no matarlas, ni manipularlas, sino comunicar a las autoridades competentes para que realicen la disposición adecuada de ellas, a través del correo electrónico [email protected] o a línea gratuita 018000113400 del Instituto Nacional de Salud, 3142959076 de Secretaria de Salud y 6730420 de Cormacarena.