Este emblemático personaje llegó a Villavicencio en los años 70 y vivió 22 años en el Hogar San Camilo de Villavicencio.
Este miércoles, hacía las 9:00 de la mañana, murió en la clínica Servimédicos de Villavicencio un ícono de la cultura popular de la ciudad: “El Capitán Robagallinas”.
Este emblemático personaje, a quienes varias generaciones conocieron como “robagallinas” se llamaba Gonzalo Jiménez, y según su cédula nació el 30 abril del año 1948. Sin embargo, no hay registros públicos de su nacimiento, por lo que esta fecha es tentativa de la Registraduría y quedó establecida cuando se institucionalizó a este personaje en la ciudad.
Gonzalo Jiménez llegó a Villavicencio en la década de los años 70, proveniente de la ciudad de Ibagué, y se robó el corazón de los villavicenses por su inigualable personalidad, su enorme imaginación y por esa pizca de ternura que siempre lo acompañó.
Desde el 18 de septiembre del año 1999 “El Capitán Robagallinas” estuvo bajo la protección de la corporación obra social San Camilo, hogar geriátrico que se especializa en el cuidado de adultos mayores en condición de vulnerabilidad social, ya que este icónico personaje dormía en parques, caños y otros lugares de la ciudad, que recorría a diario.
Sus amigos, y quienes lo conocieron lo recuerdan con cariño y señalan que era un hombre de pocas palabras, pero que se enojaba con facilidad al oír que lo llamaban “robagallinas”. Sin embargo, cuando hablaba de aviones y guerras le volaba la imaginación, cuenta Héctor Carrillo, psicólogo de la corporación Obra Social San Camilo, quien compartió varios años al lado de este emblemático personaje.
“Las generaciones que lo conocimos en las calles nos dimos cuenta que le tenía cierta fobia a los habitantes de calle, especialmente a los niños. Y, era amante de todo lo relacionado con las guerras”, recordó Carillo.
El profesional médico también rememoró un aparte de la vida personal del popular “robagallinas”, señalando que desde que este llegó al Hogar San Camilo nunca recibió visitas de algún familiar y tampoco se le conoció que tuviera allegados en el Llano.
De acuerdo con Carrillo, mientras “El Capitán Robagallinas” estuvo bien de salud fue un hombre muy activo, por cuenta de su personalidad, pero con los años fue disminuyendo esa proactividad. “Hace más o menos dos años que tuvo una fractura de peroné y desde ahí se encontraba en Silla de ruedas”, precisó el profesional.
Además, desde hace algunas semanas venía sufriendo algunos quebrantos de salud, por lo que había ingresado en dos ocasiones a la Clínica Servimédicos, donde permaneció internado por causa de una afección respiratoria, que terminó con su vida, la cual no estaba asociada al virus de la Covid-19, según confirmó el centro médico tras realizar una prueba de Covid el martes en la mañana.
“El capitán y sus historias nos va hacer mucha falta”, dijo Héctor Carrillo, psicólogo de la corporación Obra Social San Camilo.
Por ahora, y tras el fallecimiento de este icónico personaje no se conoce cuándo serán las honras fúnebres ni donde será enterrado “El Capitán Robagallinas”, ya que debido al elevado número de casos de Covid-19 que se registra en la ciudad, el tema se está coordinando con la Alcaldía de Villavicencio.