Por: Óscar Alfonso Pabón Monroy/ Comunicador Social comunitario
Hace cuarenta y un años: La verdad es que no eran tan adolecentes los estudiantes que aquel viernes 2 de mayo de 1975 llegaron interesados a las instalaciones del colegio INEM Luis López de Mesa, con el fin de iniciar sus estudios de pregrado en la Universidad Tecnológica de los Llanos Orientales (Utello).
Esa tarde sucedió el inicio de la vida académica de la primera universidad de la región orinoquense, con sede en la capital del Meta. A partir de ese momento, los grupos de estudiantes matriculados se convirtieron en las primeras cohortes de las cinco carreras fundadoras: Ingeniería Agronómica, Medicina Veterinaria y Zootecnia, Tecnología en Enfermería, y licenciaturas en Matemáticas y Física, y en Ciencias Agropecuarias.
De esta manera, la primigenia comunidad universitaria regional quedó integrada por los estudiantes, el reducido número de profesores y el poco personal administrativo.
Como la entidad de educación superior nació sin cuna propia, mediante convenio con el colegio INEM por dos años funcionó en un sector de ese plantel. El villavicense Ernesto Jara Castro, de profesión educador, se desempeñó como rector fundador.
La imagen institucional es una alegoría de la Corocora, insigne ave llanera. El autor del artístico símbolo es Arturo Arango Mutis, profesor fundador del Alma mater.
Creo no equivocarme al decir, que los iniciales mobiliario y equipos de laboratorios a la Utello se los donó una entidad nacional denominada Icolpe, a la que el Ministerio de Educación acababa de liquidar.
Igual, que en la proximidad del trasteo para Apiay, tuvo el primer parque automotor -también donado y de segunda-, compuesto por una camioneta Dodge y un largo bus que por lustros sirvió para el transporte de profesores y administrativos. A ese carro de rojo lo pintaron, por eso recibió el nombre popular del “cocacolo litro”.
Dentro de la memoria institucional debe estar el registro del pionero vehículo comprado nuevo, fue un automóvil Renault 6 placas IN 3512 que llegó para el servicio del rector.
A estrenar casa propia: Cuando la sede propia estuvo construida en el terreno de 43 hectáreas que doña Felicidad (Fela) Barrios donó de su hacienda Barcelona, en la región de Apiay, vino la mudanza de la Utello al distante lugar que fue conquistado por la pequeña familia universitaria.
Pero antes hubo que tumbar monte para armar uno a uno los bloques, a los que por su diseño los estudiantes les dieron el nombre de “galpones”. La imagen muestra la planta física recién terminada y entregada por los constructores.
El bloque ubicado a la izquierda fue la cafetería central, sitio en donde se sirvió el almuerzo presidencial el día de la inauguración. Bueno es recordar, que meses antes del trasteo ocurrió la inauguración oficial de la sede definitiva en sector rural, campus que a la postre se llamó sede Barcelona.
En el parqueadero de la sede Barcelona se ubicó la tarima, desde allí el presidente Alfonso López Michelsen pronunció el discurso inaugural de la Unillanos.
El acto público se cumplió en enero de 1977 con la presencia del presidente Alfonso López Michelsen y su ministro de Educación Hernando Durán Dussán, personaje político con fuertes nexos sanmartineros, quien resultó clave en el proceso de creación oficial de la institución de educación superior llanera.
Ese día ocurrieron particulares hechos, no contemplados en la programación oficial. Con tales remembranzas se pueden realizar amenas tertulias. Cabe comentar, que en esos años los profesores -en su mayoría- no tenían carro propio y que la lejanía les motivó la adquisición de automóviles.
Para entonces la rectoría estaba a cargo del Químico Eduardo Pinzón Quintero, oriundo de Puerto Carreño, Vichada. Coincidencia es que su vicerrector académico, de apellido Niño, también era Químico de profesión.
De Utello a Unillanos Poco después de creada a la entidad le cambiaron su nombre primigenio, Utello, así que en adelante se llamó Universidad de los Llanos, Unillanos.
Quizá el primer convenio interinstitucional académico: Espero no errar al decir que el primer convenio interinstitucional académico de la Unillanos fue con el proyecto MAB (Man and the Biosphere) de la UNESCO, del cual nuestra entidad recibió una camioneta Toyota azul con placas diplomáticas YT 0877, un bote metálico con motor y otros equipos.
El biólogo Miguel Ángel Mazorra V., profesor de la universidad, tuvo a su cargo la dirección del proyecto que funcionó en la sede de Restrepo, propiedad recién entregada en comodato por ese municipio.
En la primera rectoría del villavicense Carlos Enrique Garzón G., se construyó el edificio administrativo. Creo que fue diseñado por Julio Ricardo González Cartagena, jefe de Planeación de la universidad.
Y ocurrió la primera graduación: Según los recuerdos de Clemencia Torres Maldonado, ella se graduó como licenciada en Ciencias Agropecuarias en la primera ceremonia ocurrida el 7 de agosto de 1981, a la cual asistió el presidente Julio César Turbay Ayala. Este evento tuvo como sede el teatro Maiporé, hoy Municipal Rosita Hoyos de Mejía.
Quiere decir, que pronto se cumplirán 35 años de la inicial cosecha de egresados unillanistas. Desde entonces, ellos y ellas a partir del cabal desempeño de sus respectivas profesiones llevan el buen nombre de nuestra universidad por la región y por otras latitudes.
Si en 1975 fueron cinco las carreras fundadoras, hoy la Unillanos oferta 15 programas de pregrado, 15 especializaciones, 2 tecnologías, 6 maestrías y 1 doctorado. Del mismo modo, en convenio con instituciones de educación media oferta 2 programas de ciclo técnico.
En semanas previas a este 41 aniversario, ocurrió la visita de pares académicos para la Reacreditación de Ingeniería Agronómica -programa fundador-, y para la renovación del Registro Calificado de la Maestría en Gestión Ambiental Sostenible –MGAS-.
Del mismo modo, el viernes 29 de abril se cumplió la graduación de 163 profesionales que en el Alma mater cursaron programas académicos de pregrado y posgrado.
Sin lugar a dudas, con sus 41 años de vida académica “la Unillanos es el proyecto estratégico más importante de la Orinoquia” Villavicencio 30 de abril de 2016.