Trump respalda la contratación de extranjeros con visa H-1B para cubrir vacantes tecnológicas que los estadounidenses no pueden suplir.
El presidente Donald Trump sorprendió al avalar el uso de la visa H-1B para reforzar la industria de semiconductores en Estados Unidos, pese a que meses atrás había defendido la reducción del programa y el incremento de sus costos. El giro estratégico apunta a suplir la falta de talento nacional en un sector clave para la competitividad económica del país.
La visa H-1B es un mecanismo diseñado para trabajadores altamente calificados en áreas especializadas. Para concederla, el Gobierno exige a las empresas demostrar que no existe un estadounidense apto para ocupar el cargo, condición que convierte este visado en una vía directa para científicos, ingenieros y expertos en tecnología.
El cambio de enfoque surgió tras el reconocimiento del propio mandatario de que Estados Unidos no cuenta con suficientes profesionales capacitados para respaldar la expansión de las nuevas plantas de chips. Durante el Foro de Inversión Estados Unidos–Arabia Saudita, celebrado el 19 de noviembre en Washington D. C., Trump afirmó que la llegada de especialistas extranjeros es coherente con su lema “Make America Great Again”.
El jefe de Estado sostuvo que estos trabajadores no solo podrán fortalecer la manufactura nacional, sino también compartir conocimientos con la fuerza laboral local. Según su argumento, la industria prosperará en la medida en que se integren perfiles internacionales capaces de acelerar la transición tecnológica.
A pesar del respaldo presidencial, Trump admitió que su propio partido mantiene reservas frente a esta política, al considerar que el uso de la visa H-1B puede desplazar a trabajadores estadounidenses al ofrecer mano de obra más económica. No obstante, el Gobierno insiste en que la prioridad es asegurar la competitividad en sectores donde el talento nacional es insuficiente.
Tomado de Semana