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Tokio y Washington elevan coordinación militar aérea

Bombarderos rusos y chinos rodearon Japón el 11 de diciembre, desatando una respuesta militar inmediata de EE. UU. en medio de una tensión regional creciente.

Tokio y Washington elevan coordinación militar aérea

En medio de un ambiente diplomático marcado por fricciones entre Tokio y Pekín, Japón confirmó que dos bombarderos rusos Tu-95 con capacidad para portar armamento nuclear se unieron a dos H-6 chinos para sobrevolar el país el martes desde el mar de Japón hasta el mar de China Oriental. El movimiento aéreo reavivó las alertas regionales y activó una reacción conjunta de Estados Unidos, cuyo presidente es Donald Trump, y Japón apenas un día después.

El Estado Mayor japonés informó que el ejercicio realizado el miércoles con la Fuerza Aérea estadounidense respondió a un “contexto de seguridad cada vez más severo”, dejando claro que ambos aliados buscan impedir cualquier intento de alterar el statu quo por la fuerza. Para reforzar ese mensaje, Washington desplegó dos bombarderos B-52, mientras Tokio envió seis cazas tres F-35 y tres F-15 sobre el mar de Japón.

La maniobra militar no ocurrió en el vacío. Días antes, Japón denunció que aviones chinos activaron por dos ocasiones su radar de tiro contra cazas nipones cerca de Okinawa, obligando a su Fuerza Aérea a responder. El gobierno japonés, en plena disputa diplomática por recientes declaraciones de la primera ministra Sanae Takaichi sobre Taiwán, calificó esos actos como un serio riesgo para la estabilidad en la región.

Estados Unidos también elevó el tono. Un portavoz del Departamento de Estado advirtió que las acciones de China “no favorecen la paz ni la estabilidad”, remarcando que la alianza Washington-Tokio se mantiene “más fuerte que nunca” y coordinada frente a estas provocaciones.

La tensión se amplió hacia la península coreana. Corea del Sur confirmó que aviones chinos y rusos ingresaron el martes a su zona de defensa aérea, parte de una dinámica que se repite desde 2019 y que, según Moscú y Pekín, corresponde a ejercicios conjuntos con bombarderos estratégicos. Para Seúl, sin embargo, esto representa otra grieta en el ya frágil equilibrio de seguridad del noreste asiático.

Tomado de Semana