San Juan de Arama revela por qué su mezcla de ecosistemas, ríos y memoria histórica lo convierte en un destino clave del turismo natural del Meta.
San Juan de Arama, ubicado a 119 kilómetros de Villavicencio, emerge como uno de los territorios más estratégicos del Piedemonte Llanero, no solo por su ubicación como puerta de entrada a la Sierra de La Macarena, sino por la convergencia única de tres ecosistemas amazónico, andino y orinoquense que definen su identidad ambiental. Este municipio, con 465 años de historia, pasó de ser un corredor de colonización marcado por la coca a convertirse en un referente de producción agrícola sostenible, donde hoy prosperan cultivos de café, cacao, avena y moriche.
El relieve que lo rodea revela una geografía robusta en cañones, afluentes y rutas de aventura. Sus ríos de aguas cristalinas se abren paso entre formaciones rocosas que permiten actividades como rafting, senderismo y observación de paisajes que aún conservan un aire de territorio indómito. En este escenario sobresale el inicio del Cañón del río Güejar, un corredor acuático de paredes imponentes que invita a navegar entre vegetación espesa y tonalidades verdes que parecen irreales.
Los antiguos “Llanos de San Juan”, como fue nombrado en la época de la conquista, funcionaron como punto de paso para quienes perseguían la leyenda del Dorado. Ese legado histórico permanece en su arquitectura reciente, como el parque principal construido en 2007, que hoy reúne vivienda tradicional, comercio y una vida comunitaria arraigada en la cultura llanera.
Los senderos que atraviesan su sabana conducen a escenarios ancestrales como la Piedra Madre y el Salto de Santo Domingo, una caída de agua que se ha convertido en uno de los atractivos más emblemáticos por la fuerza de su paisaje. Su mito más conocido, el del Indio Acostado, mantiene viva la tradición oral al narrar la historia del cacique Camaxagua y su amada Amalia, figuras que según la leyenda dieron origen a esta formación montañosa.
A 45 minutos del casco urbano se encuentra Puente Amarillo, un espacio familiar diseñado para el descanso ribereño, donde las aguas del Güejar acompañan actividades recreativas y una oferta gastronómica basada en la cocina típica llanera. Este conjunto de naturaleza, memoria e interacción cultural posiciona a San Juan de Arama como uno de los municipios más completos para quienes buscan turismo de aventura con raíces históricas.
Toda esta información, así como rutas, recomendaciones y puntos de interés, está disponible en la aplicación Turismo del Meta, que puede descargarse en Google Play y App Store para planear una visita con datos actualizados y herramientas de orientación.