La única “bruja” de la que se conserva sus restos fue reconstruida en forma digital.
Un equipo de expertos del Centro de Anatomía e Identificación Humana de la Universidad de Dundee, Escocia, encabezados por el médico forense Christopher Rynn, recibieron fondos de la BBC para un extraño y macabro proyecto: reconstruir el rostro de Lilias Adie, la única mujer acusada de brujería de la que se conservan sus restos.
Adie, por lo menos legalmente, fue catalogada como bruja en 1704 por el gobierno británico, luego de que aceptó haber “tenido sexo con Satanás” después de una sesión de tortura. Por sus “crímenes”, Adie fue condenada a morir en la hoguera, pero falleció antes de cumplir la condena. De acuerdo con toda la información que se tiene, Lilias Adie se suicidó en prisión. Sus restos no podían descansar en el cementerio local, así que la enterraron en la playa, y colocaron una enorme piedra sobre su tumba para evitar que regresara a realizar fechorías.
En el siglo XIX, la curiosidad científica sobrepasó los miedos y supersticiones, por lo que los restos de Adie fueron desenterrados y llegaron al Museo de la Universidad de St. Andrews. En algún punto sin determinar del siglo XX, el cráneo de Adie fue robado, pero se conservan muchas fotografías de la pieza.
El programa de la BBC Time Travels sostiene que las fotos de los restos de Adie son las únicos que se conservan de las “brujas de Escocia”, debido a que todas las otras fueron incineradas hasta que desaparecieron sus más mínimos huesos. Gracias a ellos el equipo a cargo del Dr. Christopher Rynn lograron dar forma a una escultura virtual en 3D que nos permite conocer la apariencia de Lilias Adie:
Adie era una mujer normal, que estaba cerca de los 60 años, tenía un cuerpo débil y problemas de visión. También sabemos que era una mujer con mucha fuerza de voluntad, porque durante su cruel interrogatorio no aceptó dar el nombre de otras supuestas brujas:
“Creo que era una persona muy inteligente e inventiva, y eso lo demuestra que, durante su interrogatorio, Lilias dijo que no podía dar los nombres de otras practicantes de brujería porque en las reuniones de las brujas todas iban disfrazadas como damas. Ella solo dio nombres que ya se conocían y siguió inventando buenas razones por las que no podía identificar a otras brujas, a pesar de que eso significó que no tendría un momento de tranquilidad durante el interrogatorio”, reveló Louise Yeoman, la historiadora de Time Travels.
Durante el interrogatorio, Lilias tuvo que confesar haber tenido sexo en un pajar con el mismísimo diablo y aceptó ser bruja, pero salvó a otras mujeres de sufrir una tortura similar.