Usar mal la secadora puede encoger y desteñir tus prendas; estas son las claves para evitarlo.
La secadora se ha convertido en un electrodoméstico indispensable para quienes buscan rapidez y comodidad. Sin embargo, su uso inadecuado puede provocar daños irreversibles en la ropa, desde encogimiento hasta pérdida de color. El problema surge por no diferenciar el cuidado que requiere cada tipo de tela.
Prendas como algodón y lana son altamente vulnerables al calor y movimiento dentro del tambor, lo que acelera su deterioro. Expertos recomiendan optar por ciclos de secado en frío o a baja temperatura, además de separar las prendas según el material antes de introducirlas en la máquina.
Otra recomendación es evitar ciclos largos: los programas cortos y de baja temperatura son más seguros y permiten retirar la ropa aún húmeda para terminar el secado al aire. Este método protege fibras y prolonga la vida útil de las prendas.
Preparar la ropa también resulta esencial. Cerrar cremalleras, abotonar botones y voltear las prendas al revés ayuda a reducir el desgaste y el encogimiento. A esto se suma la importancia de revisar siempre las etiquetas, que especifican condiciones de lavado y secado.
Para preservar los colores, se aconseja seleccionar ciclos delicados o de aire, lo que disminuye la fricción y el estrés en las fibras. Asimismo, el uso de suavizante previene que las telas se contraigan y facilita el planchado.
Finalmente, si se busca evitar la exposición al sol, se recomienda utilizar tendederos interiores. Con estas medidas, podrás extender la vida útil de tu ropa y mantenerla en mejores condiciones.
Tomado de Semana