Entre el 80 % de los órganos donados que se pierden durante el cuidado médico se encuentran los pulmones.
Entre el 80 % de los órganos donados que se pierden durante el cuidado médico se encuentran los pulmones, lo cual impide salvar la vida de pacientes con afecciones críticas como la enfermedad de obstrucción pulmonar crónica (EPOC) y la fibrosis pulmonar. Un mejor manejo y capacitación en estos procedimientos es fundamental para no perder la posibilidad de ayudar a estos pacientes.
El médico cirujano Fabio Andrés Varón Vega, de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), jefe del Servicio de Trasplante Pulmonar de la Fundación Neumológica Colombiana, indica que “debemos lograr prepararnos mejor y educar a los grupos de trabajo médico de las instituciones que manejan estos casos”.
Agrega que “es fundamental tener un mayor número de órganos potencialmente trasplantables, para lo cual se puede utilizar la técnica perfusión ex vivo, un sistema que hace funcionar los pulmones fuera del cuerpo humano en condiciones fisiológicas óptimas, y además permite reparar posibles deterioros en su funcionamiento al ser extraídos del donante”.
El método simula el proceso de acoplamiento del órgano en el paciente, por lo que se puede ver si es apto o no para ser trasplantado.
Los pulmones se ponen a prueba en una bomba de ventilación mecánica, suministrando una solución extracelular (STEEN) para preservarlos y ver cómo evolucionan en el tiempo.
Durante su participación en el programa #SaludUNALcontigo, de la Facultad de Medicina de la UNAL, el experto señaló que esta técnica –que ya se aplica en España y Chile– es una alternativa óptima para conservar los pulmones donados.
“En Colombia existen dos limitaciones principales para la donación de pulmones: el número de donantes –que es limitado y hay poca receptividad para formar parte de estos procesos– y el cuidado de las personas que quieren donar”.
“Sobre el segundo punto, el Instituto Nacional de Salud está haciendo capacitaciones con las Secretarías de Salud y con las diferentes instituciones que trabajan en trasplante, para que haya un mejor manejo de los órganos donados”, explica el doctor Varón.
Otro inconveniente es la negativa a la donación de órganos, que en las zonas costeras del país está en cerca del 75 %, mientras que en Bogotá el porcentaje es del 30 %.
El experto explica además que “el tráfico de órganos es un mito, lo que se ve en películas es falso, no es factible que se pueda hacer, y aunque antes se podía pagar un trasplante de manera particular, hoy el sistema de salud debe asumir el costo de la intervención”.
Otro punto importante es la capacitación para manejar a las familias de los donantes, ya que la situación de donación de uno o diversos órganos puede generar tensión o un impacto negativo en ellas.
Según el experto, “el trasplante de dos pulmones es mucho mejor que el de uno solo, pues lo ideal es hacer los trasplantes bipulmonares, aunque en pacientes mayores de 65 años la opción más pertinente sigue siendo la intervención unipulmonar”.
Las personas trasplantadas de dos pulmones que logran sobrevivir el primer año a la intervención quirúrgica tienen un estimado de vida de 10 años, mientras que con uno solo disminuye a alrededor de 6 años.
“Esto significa que el 50 % de los pacientes que superan este tiempo están bien y han logrado sobrevivir; las enfermedades o dificultades que presenten en adelante ya no dependen de lo que padecía antes”, afirma.
El especialista concluye diciendo que “los pacientes deben tener la confianza de que los resultados clínicos en nuestro país son similares a los de todo el mundo; los sistemas de salud deben seguir fortaleciéndose para brindar cada vez mejores procedimientos”.
El éxito de los trasplantes de pulmones donados dependerá del manejo que les den las instituciones médicas que los albergan, si no se guardan las precauciones o cuidados necesarios, implementando tecnologías y metodologías adecuadas, es probable que la cifra actual no se modifique.