Iniciarán proyecto de alianzas productivas por 1.036 millones de pesos
Por Jaime Rivera García.
Asopproplaty es una asociación de pequeños productores de plátano y yuca del departamento del Meta, que se unieron hace tres años para mejorar la productividad y comercializar directamente sus cosechas en el país y en el exterior, gracias a un programa innovador que busca, además, emplear a mujeres de la región.
“Nosotros podemos ser exportadores en corto tiempo. Somos innovadores. Generamos una comida limpia y sostenible y podemos dar trabajo a muchas mujeres de la zona que saben tratar el plátano y la yuca para llegar a los diferentes mercados del mundo”, afirmó a Colombia-inn, Ovidio Garzón, vicepresidente y fundador de la Asociación.
Asopproplaty reúne a 159 pequeños productores de la vereda de Puerto Nuevo, municipio de Fuente de Oro, ubicado a media hora en automóvil de Granada, en el sur del departamento del Meta, a orillas del río Ariari.
Ellos quieren mejorar las técnicas de siembra y recogida, pero sobre todo que sus productos lleguen a Colombia y al mundo a mejores precios y les genere bienestar y tranquilidad a sus familias.
Para lograrlo tienen como objetivo transportar y vender directamente sus productos en las diferentes plazas de mercado de los pueblos de Colombia, y distribuirlos sin intermediarios en los supermercados, restaurantes y cadenas de restaurantes.
Y el sueño no está lejos, gracias a un aporte de 1.036 millones del ministerio de Agricultura con la cofinanciación de Ecopetrol, la Gobernación del Meta, la Alcaldía de Fuente de Oro y la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Área de Manejo Especial de La Macarena (Cormacarena), en pocas semanas comenzará ejecutarse el primer proyecto de alianzas productivas dirigido a conseguir el objetivo.
“Tuvimos unos inconvenientes para empezar a ejecutar el proyecto, pero ya los superamos y probablemente lo iniciemos en noviembre de este año o en enero de 2017, a más tardar”, explicó Garzón. Inicialmente el programa beneficiará a 64 productores, quienes además de plátano y yuca han diversificado su producción con cultivos de maracuyá, maíz y papaya. Los directivos de la Asociación siguen trabajando en la consolidación de otras ideas que beneficien a la totalidad de los afiliados.
En ese sentido la presidenta de la Asopproplaty María Valderrama, precisó que “actualmente tenemos 39 hectáreas de plátano listas para ‘parir’ (cortar, recoger y comercializar) y estamos manejando un proyecto adicional para sembrar otras 64 hectáreas”.
Para conseguir la meta de exportar, los miembros de la Asociación están buscando el apoyo de entidades estatales que los respalde en técnicas de producción y comercialización, y en el conocimiento de los aspectos legales y el cumplimiento de los requisitos de los mercados internacionales.
En búsqueda del objetivo de conquistar los mercados mundiales, Asopproplaty está recibiendo asesoría de una organización canadiense que los capacita en técnicas de producción agrícola, explotación limpia de la tierra y productividad de las familias.
Así, eliminando el uso de cualquier elemento químico, los campesinos de Puerto Nuevo están utilizando nuevas técnicas, que ellos califican como “una producción limpia, amable con el medio ambiente”.
“Los resultados han sido muy buenos, pues hemos reducido costos aumentando la rentabilidad y, además, hemos cumplido con nuestro eslogan: ‘innovando por una agricultura orgánica y sostenible’”, sostuvo Arias.
Y enfatizó que, gracias al programa, los integrantes de la Asociación han mejorado su calidad de vida y la de sus familias. “Hemos obtenido grandes resultados a nivel de formación y emprendimiento y hemos aprendido lo que es el manejo ambiental y agrícola de cada una de las granjas que tenemos en la vereda”, anotó.
Arias explicó que la organización nació con 60 socios y que actualmente la integran 159. “La Asociación nació por la necesidad de buscar el mejoramiento de la producción y la productividad de estas familias de pequeños campesinos”, dijo.
Debe destacarse que muchos de ellos trabajan y han trabajado como jornaleros en las fincas de la región.
Ahora buscan la manera de alquilar un terreno, sembrarlo, explotarlo adecuadamente y asumir los riesgos y los costos de ser emprendedores e innovadores. Otros son dueños de las parcelas.
Los une el deseo de trabajar con compromisos por el ambiente, explotar adecuadamente la tierra, vender ellos mismos sus productos y mejorar la calidad de vida de sus familias.