Apenas cuenta con 22 años de edad, cinco de ellos dedicados a servir a la Policía Nacional, y ya lidera uno de los procesos sociales de impacto en el municipio de El Castillo.
Cada mañana en que se levanta con la misión de cumplir con sus deberes y derechos como integrante de la Policía Nacional, tiene claro que además de cumplir con honor esa responsabilidad, debe continuar siendo la brújula que le marca el norte a un grupo de jóvenes entre los 11 y 17 años y madres cabezas de hogar, quienes encontraron en él, a ese ángel guardián, que un día llegó a El Castillo vistiendo el uniforme de la institucion que lleva en el corazón.
Hace 22 años nació en el municipio de Tello en del departamento del Huila. De esos cinco años y ocho meses los ha dedicado a hacer parte de la Policía Nacional.
Tal vez el nunca imaginó que su formación como Técnico de Explotación Agropecuaria Diversificada realizada en el Servicio Nacional de Aprendizaje, SENA, se iba a convertir en una gran aliada para acercarse más a la comunidad que se encarga de vigilar en una de las poblaciones metenses en donde más se ha ensañado la violencia.
Allí en El Castillo, donde poco a poco empiezan a respirarse aires de paz y tranquilidad, ha logrado emprender una de las acciones sociales y humanas que se destacan dentro de las historias que a diario involucran a agentes de la Policía Nacional.
Cada mañana su trabajo comunitario le brinda la satisfacción de ver como la llamada población vulnerable, niñas, niños, adolescentes y mujeres cabezas de hogar encuentran una nueva oportunidad para hacer más productivas sus vidas.
Y es que la experiencia de vida que se inició en la inspección de La Julia, en el municipio de Uribe, cada día adquiere mayor importancia en tierras castillenses.
Allá en La Julia, en donde persiste la presencia de las FARC, se las ingenió para emprender, con la comunidad cultivos de cacao y huertas caseras. En medio de las dificultades propias de una región en conflicto, logró darse cuenta que esa era una buena que bien valía la pena seguir desarrollando a donde fuera enviado a seguir prestando su servicio como patrullero.
Por eso tan pronto llegó a El Castillo no dudó un solo instante en que debería continuar adelante con su idea. Por eso fue hasta el internado Ovidio D'Crolly y convenció a por lo menos 60 jóvenes de sembrar huertas escolares con verduras y plantas medicinales. Estos cultivos aún sirven para el sostenimiento básico del centro educativo.
Pero él sabía que debía ir más allá. Las necesidades de la comunidad, especialmente de aquella que se siente sin sueños ni esperanzas.
Convocó a mujeres cabezas de hogar, desplazadas y algunas de las cuales perdieron a sus seres queridos de manera violenta, para que hicieran parte de sus nuevos sueños: trabajar en el proyecto de procesamiento de derivados de frutas y verduras y de café orgánico tostado y molido.
19 mujeres del casco urbano de El Castillo y de la inspección de Medellín del Ariari, quienes conforman ahora la Asociación para el Desarrollo de la Mujer del Ariari, Asodemuar, hicieron propio el sueño de su ángel guardián y hoy conforman una microempresa dedicada a producir café orgánico, tostado y molido de excelente calidad.
Pero su labor no se queda solo en el proceso de enseñanza de cómo producir una de los café mas provocativos y exquisitos del Meta y del país. También se viste de 'ejecutivo' y va tocando las puertas de la empresa privada para abrir nuevos mercados al productos de 'sus mujeres'.
'Mi Café', como se llama este producto excelso, ya cuenta con el registro sanitario del Invima, en donde se confirma que es ciento por ciento orgánico. Su aromo y su sabor, sin necesidad de elementos químicos, se destaca entre otros similares.
Recientemente 'Mi Café' y todo su proceso orgánico fue expuesto en la IV Feria Agropecuaria Policial en Corferias, en donde se logró despertar el interés de Román Siemnski, director de la Cámara de Comercio de Polonia para Latinoamérica, quien con muestras del producto buscará mercados en Europa Central.
La dirección de Carabineros y Seguridad Rural de la Policía Nacional ha encontrado en esta labor de su patrullero, un buen ejemplo para replicar en otras zonas del país, por eso no ha dudado en ofrecerle el respaldo necesario.
Cada mes las labores del patrullero y ángel guardián de las mujeres de El Castillo se ve reflejado en 180 kilos del mejor café orgánico hecho con la esperanza de unos seres que esperan que cada vez que un colombiano, y porque no un extranjero, saboreen el producto comprendan que ahí está el mejoramiento de la calidad de vida y bienestar de sus hijos y demás allegados.
Mientras tanto el patrullero ángel guardián, quien cada día agradece a sus padres la vocación de servicio a los demás y los valores inculcados en su hogar, saborea con satisfacción cada sorbo de felicidad que hoy están disfrutando estas mujeres, cuyas historias están marcadas por el dolor y la tragedia.
Tal vez usted, como yo, ha de estarse preguntando cómo se llama este ángel guardián vestido con el verde que identifica a la Policía Nacional.
¡RICARDO MEDINA!...Si en mayúsculas, porque tal vez su nombre corto y sonoro, pronto se escribirá en letras de molde.
Él, humilde, noble y sencillo, como la gente de provincia, no imaginará que muchos, luego de leer esta nota, pensarán que es un patrullero con aroma de café!
?Esta nota se realizó con base en un boletín de prensa del Comando de Policía en el Meta.