“En Colombia debemos concentrarnos en aumentar la PRODUCTIVIDAD. Solo así alcanzaremos un crecimiento mayor y sostenido que se traduzca en bienestar.
Así lo afirmó la presidenta del Consejo Privado de Competitividad (CPC), Rosario Córdoba, en el lanzamiento del Informe Nacional de Competitividad 2018-2019: una publicación anual del centro de pensamiento, con análisis y recomendaciones de política pública útiles para establecer una hoja de ruta que le permita al Gobierno Nacional, los Gobiernos locales y a los empresarios avanzar en los frentes que son decisivos para la productividad y la competitividad.
La duodécima edición del Informe Nacional de Competitividad, primera que se presenta en el Gobierno del presidente Iván Duque, hace un balance de los avances de Colombia en materia de competitividad y establece los retos pendientes. El Gobierno Nacional encontrará en el diagnóstico y las recomendaciones propuestas por el CPC, un insumo valioso para la construcción del Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022 y para la priorización de las acciones de política pública de los próximos años.
El Informe se presenta días después del lanzamiento del nuevo Índice Global de Competitividad del Foro Económico Mundial. El énfasis de la agenda promovida por el CPC coincide con el nuevo indicador del Foro, el cual se concentra en evaluar los determinantes de la productividad como elemento central del crecimiento económico de largo plazo.
El CPC reconoce en su informe que Colombia ha avanzado en varios frentes: inversión en infraestructura, cobertura en salud y educación, atracción de inversión, solidez macroeconómica, reforma a las regalías, reducción del desempleo y de la informalidad laboral, reducción de la pobreza y de la desigualdad, fin del conflicto con las FARC e ingreso a la OCDE, entre otros. Pero, al mismo tiempo, Rosario Córdoba afirma: “Por cada logro hay una tarea aplazada. Colombia debe acelerar el paso para lograr cambios estructurales y, así, mayor competitividad. Hoy el reto es consolidar los pasos que se han dado en la dirección correcta, y actuar con decisión para avanzar en los que están pendientes”.
Y es que el desempeño reciente de Colombia en los indicadores internacionales de competitividad confirma que la tarea continúa. Más allá de los avances que se dieron en algunos periodos y de los cambios metodológicos, desde 2015 se observa una caída en los tres indicadores más empleados a nivel internacional: (1) en el Índice Global de Competitividad del Foro Económico Mundial, Colombia pasó del puesto 61 entre 140 países en 2015 al puesto 66 entre 137 en 2017 y, con la nueva metodología, del puesto 57 entre 135 en 2017 al 60 entre 140 en 2018; (2) en el Anuario de Competitividad Mundial del Instituto para el Desarrollo Gerencial, el país descendió del puesto 51 en 2015 al 58 en 2018; y (3) en el escalafón Doing Business del Banco Mundial, de la posición 51 a la 65 en el mismo periodo.
“Colombia debe priorizar tres frentes: mejorar las condiciones habilitantes que permitan aumentar la productividad, optimizar el funcionamiento de los mercados y apostarle con decisión a la innovación empresarial”, aseguró la presidenta del CPC.
En relación con el primer tema, el Informe establece que Colombia tiene el costo de transporte más alto de América Latina, escasez de talento técnico calificado acorde con las necesidades del sector productivo, instituciones precarias y bajas capacidades estatales para solucionar problemas como la corrupción y para garantizar la presencia del Estado y la provisión de bienes públicos en zonas rurales.
Frente al segundo, el CPC advierte que la economía colombiana es aún cerrada por barreras no arancelarias y engorrosas operaciones y trámites de comercio exterior. Igualmente, se ponen de presente la inflexibilidad del mercado laboral y las distorsiones generadas por subsidios y regulaciones dirigidas a proteger intereses particulares. También se destaca el exceso de normas y el costo que estas le imponen al sector privado, así como la ineficiencia del sistema tributario
Y en relación con la innovación empresarial, el Informe advierte desarticulación entre entidades y una falta de compromiso con aumentar la inversión en ciencia, tecnología e innovación (CTI). En palabras de Rosario Córdoba: “Nada indica que la meta de que Colombia invierta uno por ciento del PIB en actividades de CTI se hará realidad en el mediano plazo. El Gobierno ha fallado en tener una estrategia clara en esta materia y el CONPES de CTI nunca vio la luz. Por parte del sector privado, aunque aumentó la inversión frente al rubro público, las empresas tienen aún una gran responsabilidad en adopción de tecnología e innovación, pues sus niveles actuales están lejos de los estándares internacionales”.
Priorizar acciones en estos tres frentes con liderazgo al más alto nivel en el Gobierno Nacional, y asumir un compromiso con la política pública rigurosa y basada en evidencia, son las recomendaciones principales del CPC para que el país pueda avanzar en competitividad.
La presidenta del Consejo agregó que aunque el informe entra al detalle tanto en diagnóstico como en recomendaciones para cada uno de los temas que afectan la competitividad del país, es fundamental enfocarse al menos en las siguientes acciones clave que no dan espera: