Colombia enfrenta a Inglaterra y deberá imponerse para poder pasar a cuartos de final y seguir en la fiesta mundialista en Rusia.
1. Cortar los circuitos
Por muy taquillero que sea Kane, no hay que olvidar que a su lado juega Sterling, una ‘bala’ por izquierda. Ellos y sus suplentes (Young y Rashford) tienen que salir suficientemente maltrechos del retén Mina-Dávinson: en cada choque, en cada centro, en cada duelo hay que tirarles encima la humanidad de nuestros marcadores. Después, en los costados, no pueden pestañear Arias y Mojica frente a Lingard y Dele Ali, los encargados de surtir de balones a sus atacantes. En el medio campo, con Sánchez y alguien más (Uribe, se diría) hay que prodigarse a la hora de desconectarlos, estorbarlos, obligarlos a entregar mal hacia atrás.
2. ¡Qué corra la pelota!
Inglaterra, el equipo más joven de los que siguen en carrera en Rusia, puede jugar tres partidos seguidos. Son todos de la misma familia que el extremo Ashley… ¡todos Young!. Por eso sería un suicidio tratar de seguirles el ritmo y sería preferible quitarles la pelota desde el pitazo y obligarlos a correr detrás de ella. ¡Ellos, los muchachitos, que corran! Nosotros, a la prudencia; a tenerla y hacerla circular, a esconderla, a cuidarla.
La posesión como estrategia para desquiciar al impetuoso rival y para encontrar los espacios hacia Falcao o hacía el tiro libre que vaya a la cabeza de Mina: lo que primero ocurra.
3. Sin James, que nadie pretenda serlo
Sin James, que nadie pretenda serlo. El error que no puede cometer Colombia es pretender que, en ausencia de James, el jugador que da el toque de diferencia en el equipo, alguien vendrá a reemplazarlo. ¡No! Es único e irrepetible y por eso quien vaya a la cancha tiene que jugar de él mismo: Quintero del pasador y cobrador de media distancia que se conoce sin la potencia en marca del 10 en su versión Bayern Múnich; Muriel de auxilio de Falcao y no de responsable de hacer el gol y celebrarlo y armar la coreografía y recoger los guayos; Bacca de delantero que sale del área para abrirle espacio a El Tigre y así; Borja del hombre con movilidad y pegada de afuera y así… La mochila del 10 es pesadísima, sólo él la puede cargar.
Además, en Inglaterra están convensidísimos que si James no juega Colombia será un equipo liviano, sin peso en el ataque. Y puede que tengan razón, pero si su reemplazante se convence en que puede hacer el partido de su vida, aprovechando que los rivales no van a referenciarlo como lo harían con el ‘10’ y explotando sus virtudes tal y como lo hacen en sus clubes, sabemos que se puede generar mucho peligro adelante.
4. Usar el favoritismo
Hay que ver a los periodistas ingleses pidiendo cotizaciones de vuelos a Samara -donde se jugará el partido de cuartos de esta llave ING-COL- y, plenos de sonrisas, casi levitando en la entrada del estadio del Spartak de Moscú, celebrando todavía que Southgate no hubiera terminado líder del grupo G, a pesar de su polémica alineación de KinderGarden, y les hubiera tocado Colombia. Para ellos es trámite. Y algo pudo colarse a los propios jugadores. Pues hay que saber usarlo y descansar la presión en ellos, cuya clasificación sería lo que el mundo espera. Desconectar, aguantar, luchar y, al final, celebrar al ritmo de Mina. No parece tan difícil, ¿No?
5. Creer en la evidencia
El propio Southgate, DT de Inglaterra, decía que “fue impresionante” que Colombia igualara, al menos parcialmente, contra Japón en el debut, pidió no engañarse con el Falcao de la Premier League en señal de respeto y anticipó que necesitará todo su fútbol para avanzar. ¿Y por qué a Colombia le cuesta tanto convencerse que es así de capaz de hacer semejantes cosas? ¡Hay que creérsela! El primero fue Falcao, que siempre destacó lo de Saransk como aprendizaje. Y tras de él, todos los jugadores. ‘SeLeGana’ decía el meme que intercambiaba las letras de Senegal e invitaba a soñar. ¡De nosotros depende que esto no termine aquí!
JENNY GÁMEZ