Adiós a los villancicos. Ya no habrá más “Pero mira cómo beben los peces en el río” o “Los pastores a Belén corren presurosos”, la ciencia dice que la repetición incesante de la música navideña puede tener un impacto psicológico.
Según la psicología, la repetición incesante de canciones puede tener un impacto negativo para la mente, pues existe una relación en forma de U entre la frecuencia con la que escuchamos una canción y cuánto nos gusta. Esto se conoce como el efecto de mera exposición.
El efecto de mera exposición “es un fenómeno psicológico por el cual nuestro agrado o desagrado por determinado estímulo aumenta o disminuye respectivamente, con la exposición repetida. En otras palabras, las personas tienden a desarrollar una preferencia por los estímulos simplemente porque están familiarizados con ellos”.
Escuchar “arre, arre, arre la Marimorena” o “Noche de paz, noche de amor” puede despertarnos nostalgia y amor por las fiestas decembrinas, pero luego de escucharlas por enésima vez puede cansarnos, aburrirnos o, incluso a generar angustia según la ciencia.
De acuerdo con la Bussines Insider y la psicóloga Linda aBlair, la música navideña puede ser mentalmente agotadora:
“Las personas que trabajan en tiendas, tienden a desconectarse de la música navideña, porque si no lo hacen, realmente no se pueden concentrar en otra cosa. Simplemente, están gastando toda su energía intentando no hacerlo”.
La pregunta sería, ¿cómo puedes conseguir que las canciones navideñas no te vuelvan el Grinch?
Sencillo, varía tus gustos musicales. Alterna las canciones navideñas con otros géneros y varia tu lista de reproducción. Y si trabajas en un lugar donde todo el tiempo está sonando este tipo de música, entonces procura darte un espacio para alejarte de la misma cada determinado tiempo.